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Como parte de los ciclos de la colección del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO), se realiza la exposición Todos somos voyeristas, video-instalaciones que interpreta la observación interesada del sujeto.
La observación es una acción inherente y adictiva, una actividad que, en este caso, recurre a una mirada morbosa. El voyerismo aparece dándole un significado que no solamente se asocia al placer sexual, sino que se manifiesta como la observación de acciones no puramente normales, sino que habla de desastre, consumo, cuerpo, poder y acciones malintencionadas.
La observación entendida como una actividad constructiva, así como establece aquel aforismo de la medicina dicho por el docente y doctor canadiense, William Osler, “no hay arte más difícil de adquirir que el arte de la observación”, y dentro del arte este término se convierte en la acción más sobresaliente tanto en el espectador como en el artista. De igual manera y referida a la exposición Todos somos voyeristas que se realiza en el MAMBO, la curadora colombiana de la muestra María Elvira Ardila dice en el texto curatorial: “… La obra es una puerta con un agujero que lleva al público a espiar, inferir y suponer qué hay detrás de este portón”.
Premisa que hace a esta exposición desarrollarse a partir de videos e instalaciones de artistas que forman parte de la colección del museo, una primera muestra que se desarrolla en el nuevo espacio permanente del MAMBO con el fin de que el público conozca el invaluable patrimonio que poseen.
Los videos inician con una entrada a ese mundo del observador. La obra Miasma, del artista Gustavo Villa, realizada en el 2006, revela lo que hay detrás de un muro en medio de la ciudad a través de un hoyuelo que han hecho los habitantes de la calle, con el fin de extraer este polvillo del muro para consumirlo o mezclarlo con sustancias alucinógenas. A través de este orificio se logran ver ciertos ojos que se asoman por curiosidad o, por el contrario, capturar la acción de quienes cavan este hoyuelo afanados por el consumo. “Quería observar con detenimiento el lugar de la pulsión, del deseo de consumir y del Tanatos manifiesto. El ojo que ve, que observa y el ojo de la pulsión, de quien no puede detenerse”, explica Villa.
Al pasar por un segundo momento, nos encontramos un video más que documental, emocional. Para Pablo, como se titula el video del artista colombiano Muriel Angulo, realizado también en 2006, muestra dos momentos puntuales: en la derecha una torrencial lluvia que ocurrió en la ciudad de Barranquilla, en donde sus aguas desbordaron los ríos alcanzando las calles y destrozando todo a su paso. En la izquierda, un video de un bebé arrullándose con una canción de cuna en el décimo piso de un edificio en la misma ciudad, acto que ocurre aleatoriamente a la tormenta. “Busqué mi cámara y en medio del asombro me dispuse a grabar lo que veía”, comenta el artista.
En el centro de la exposición, una performance realizada el mismo año, en el Museo de Arte Moderno titulada Marca y ego. En ella se observa el cuerpo en su representación policial y como representación estética: dos grupos de hombres se encuentran en medio del museo realizando ejercicio, aquí las miradas entre los actores se convierten en acciones que según el artista se relacionan con el poder. “La fragmentación del individuo entre el cuerpo y mente también está en la forma como se mira. En la mirada sobre el cuerpo del otro. En el gimnasio, hay una referencia sobre la mirada y el poder, y el poder tratada en el panóptico de Michael Foucault”, señala David Lozanoquien.
Dentro del voyerismo reiterativo que se relaciona intrínsecamente con el placer sexual, aparece el video instalación del artista José Alejandro Restrepo, Atrio nave central realizada en 1996. La obra consiste en pequeñas materas que simulan jardines de la ciudad de Bogotá, que en aquella época, eran muy característicos de las residencias de paso, diseñadas para encuentros sexuales. Y entre las plantas de la instalación se proyectan parejas que aparecen y desaparecen.
Al ingresar a la otra sala, dos videos iluminan la oscuridad: un monitor horizontal proyecta detalles del cuerpo de una mujer, mientras se baña en un rio, y al frente de aquella pantalla verticalmente, se ve la mirada de un ciervo, que se asoma como si estuviese observando a la mujer.
Los videos hacen que el concepto de voyeur conduzca a una observación aguda, puesta en esta exposición como actos y momentos que quedan presentes en los artistas, quienes hacen parte de la muestra. Es ir más allá de la mirada y fijarse en los detalles, “devorar imágenes” y aceptar que es un punto de partida para crear nuevas historias, hacer analogías y jugar con lo que existe en nuestra realidad, porque aquella solo es determinada por el arte de mirar.
{:}{:en}As part of the century of the collection of the Modern Art Museum of Bogotá (MAMBO), it is realize the exhibition Todo somos voyeristas, video-installations that interpret the interested observation of the individual.
The observation is an inherent and addictive action, an activity that, in this case, goes to a morbid look. The voyeurism appears giving it a meaning that not only is associated to the sexual pleasure, it’s that just is manifested as a observation of actions not purely normal, but also speak about disaster, consume, body, power and malicious intentions.
The observation known as a constructive activity, as well as establishes that aphorism of the medicine said by the Canadian teacher and doctor, William Oster, “there is no more difficult art to acquire than the art of observation”, and inside of art this term becomes into the most remarkable action as much as in the observer and the artist. As well as refers to the exhibition Todos somos voyeristas that is realized in the MAMBO, the Colombian curator of the María Elvira Ardila’s work says in the curatorial text: “… The work is a door with a hole that carries the public to spy on, deduce and suppose what there is behind this gate.”
Premise that make developing this exhibition from videos and installations of artists who take part of a collection of the museum, a first sample that is developed in the new permanent space of the MAMBO with the finality that the public know the invaluable patrimony that it has.
Videos start with an entrance to the observer of the world. The work Miasma, of the artist Gustavo Villa, realized in 2006 reveals what is behind of a wall that was made by de inhabitants of the street, with the finality to extract the dust of the wall in order to consume or mix it with hallucinogenic substances. Through this hole is manage to see certain eyes leaning for curiosity or to the contrary to capture the action whose dig this hole bent for the consume. “I want to observe carefully the place of the impulse and desire of consume and of the manifested Thanatos. The eyes that seems and observes and the eyes of the impulse of whom can not to stop”, explain Villa.
Passing through a second moment, we met with a video instead of a documental it was more emotional. Para Pablo, as is titled the video of the Colombian artist, Muriel Angulo, also realized in 2006, shows two special documents: Right, a torrential rain that occur in Barranquilla city, where rivers had overflowed arriving to the streets and destroying everything in its path. To the left, a video with a baby sleeping with a sing to sleep in the tenth floor in a building in the same city, act that occurs randomly with the rain. “I searched my camera and in the middle of the surprise I disposed me to record that I was watching”
At the center of the exhibition, a performance realized the same year I the Modern Art Museum, titled Marca y Ego. In it is observed the body in its political representation and as aesthetic representation: two groups of men met in the middle of the museum doing exercise, looks between artists become in actions that according to the artist is related with the power. “The fragmentation of the individual between body and mind is in the way which it looks. At the gym there is a reference about the look and power”, said David Lozanoquien.
Inside reiterative voyeurism that is related intrinsically with the sexual pleasure, appears the installation video of the artist José Alejandro Restrepo, called Atrio Nave Central, realized in 1996. The work consists in little flowerpot that simulate gardens in the Bogotá, in that epoch it was very characteristic of the residences, designed for sexual encounter. And between plants are showed couples that appear and disappear.
When access to the other room, two videos light up the dark: a horizontal monitor project details of the woman body, while she is taking a shower in the river, and in front of the screen, it seems the look of a deer that appears as if he had looking to the woman.
Videos make that the concept of voyeurism carry out to an intense observation, show in this exhibition as acts and moments that are present in the artist, who take part of the sample. It is go beyond of the look and put attention in details, “devour images” and to accept that is a point start to create new stories, make analogies and play with what exists in our reality, because that is only determined by the art of looking.{:}