Obras que te sumergen en el inconsciente, en un sueño avasallador que invita a reflexionar y pensar. Ricardo Majluf, hombre de mirada penetrante y habla reflexiva habla un poco más a fondo de su trayectoria artística, de sus obras y proyecciones a futuro.
Nos encontramos en su taller en calle Loreto, Bellavista. Una atmósfera idónea para la creatividad. Amplio, luminoso y cálido. Cuenta que está ahí hace poco y que lo comparte con su mentor y amigo, el artista Vicente Rioseco. “Mi trabajo se basa en un desarrollo íntimo, sobre mi propia experiencia y lo que me envuelve, tanto mi familia y amigos, como la sociedad en general”, señala Ricardo. Al apreciar las obras que nos rodean, se aprecia la intimidad de la cual habla junto a mujeres que aparecen en gran parte de los cuadros, sobre las que comenta son su pareja e hija, quienes le inspiran significativamente y que evocan el concepto de belleza. “La belleza femenina tiene para mí, mucho que ver con el grabado y su técnica milenaria. Aun así, soy capaz de ver la belleza en el cosmos o en un objeto determinado. En lo femenino hay belleza, pero esta pasa a ser un lenguaje con el que se despliega algo sutil, bello y elevado, eso no descarta al hombre que también aparece en mi obra u otros seres del grabado con otros tipos de belleza”, explica el artista.
Sus inicios se remontan al desarrollo de lo audiovisual, que sin lugar a duda ha influido notoriamente en su trayectoria. Sin embargo, su hambre intelectual lo impulsó a buscar nuevos caminos en el campo artístico, inscribiéndose en distintos cursos impartidos por el departamento de extensión de la Pontificia Universidad Católica, no obstante, un sentimiento imperante surgió y decidió estudiar Licenciatura en Artes en la Universidad Finis Terrae.
Su vasta trayectoria artística y estudios le han permitido desenvolverse en el campo nacional con gran versatilidad, fue miembro del taller 99 y alumno –hasta el día de hoy– del artista nacional Vicente Rioseco. También tuvo la oportunidad de vivir en Cuba 3 meses, lo cual le permitió conocer la técnica de la colografía, que sin lugar a duda le abrió nuevos umbrales investigativos en torno al grabado y, a la vez, salir del circulo chileno y aproximarse a diferentes puntos de vista tanto sociales como artísticos que repercutió en su desarrollo personal, el cual está fuertemente ligado a su obra.
Tal como vimos anteriormente, su versatilidad artística conjuga diversos métodos, sin embargo, confiesa que su gran pasión es el grabado, el que lo intriga, tanto por la búsqueda de nuevas aproximaciones técnicas y su adecuado perfeccionamiento, como por su potente ayuda en la indagación personal que se plasma en la temática de sus obras.
La creación de nuevas significaciones, crea relatos únicos, mediante un juego iconográfico que alude a urbes con toques oníricos acompañados de personajes con identidades únicas y enérgicas. Un relato único y personal que, conjugándose con la mirada del espectador, despierta temáticas universales en torno a un inconsciente colectivo. Ricardo Majluf nos invita a un viaje donde las sensaciones emergen y crean nueva reflexiones, dejando en visto su huella cromática que acentúa la narración onírica del artista.
Los minutos pasan y Ricardo trae un segundo café a nuestra conversación. Siguiendo el curso del habla surge la temática en torno al contexto social chileno, enfocándonos en el campo del arte. Aunque admite la falta de oportunidades y el cerrado círculo que éste contiene, cree profundamente en que esto va cambiando poco a poco, debido a la emergencia de nuevas generaciones que impulsan un cambio significativo para el cimiento de nuevos espacios y su contribución en la difusión de diferentes puntos de vista en torno al arte. También hace hincapié en la calidad que se ha alcanzado, festejando el desarrollo profundo que los artistas han logrado crear.
La sensibilidad de Ricardo Majluf se siente, su meticulosa técnica en conjunto a su temática profunda, que ahonda en los espacios más recónditos del inconsciente personal, nos envuelve en nuevos horizontes, donde sus colores tierras se dejan llevar por líneas fuertes y marcadas. Un artista interesante, que nos invita a mirar en nuestro interior y seguir soñando.