Nacido en Alemania y oriundo de Noruega, el artista trabaja la contemporaneidad mezclando materiales preciosos con la confección de esculturas en técnica clásica. Sus resultados tienen un acabado que proyecta espectadores perplejos. La captura de la atención se produce a través de la paradoja de la confección en materiales que poseen baño de oro y uso de plata, con el semblante más despiadado de la muerte.
Todo tiene su asidero y base en materiales firmes. Una delgada capa de metal soporta la pintura opaca y el galvanizado de plata y oro dependiendo del sector del rostro que se quiera destacar. El acabado pop se mezcla con un discurso rupturista en el que puede distinguirse el afán de un argumento agresivo, una visualidad interpelante y una intervención irruptora en base a la figura de la calavera.