Bénédicte Desrus es fotógrafa y francesa. Este último tiempo ha hecho un particular proceso de exploración, experimentación y enmarque de retrato con un evento que marcó de alguna manera, no sólo su carrera artística, sino también su fuero interno. Un viaje con estadía indefinida a Ciudad de México la llevó al paradero de un hogar para prostitutas de la tercera edad y su experiencia caló tan hondo en sus reflexiones e ideas, que trabajó en la exposición que hoy presenta para continuar con su carrera artística a propósito de la vida que llevan y les rodea cuando salen de las calles.
Viven en una especie de hogar u albergue, pero tienen un aspecto en común que no es precisamente el de la tercera edad. Mujeres como Amalia, Gloria y Victoria, son ex prostitudas de la capital de México, dedicaron su vida a las bohemias noches de grandes avenidas y hoy pasan los días que les corren juntas, mas fuera de la actividad laboral que llevaban. La Casa que las alberga recibe el nombre de Xochiquetzal y está en pleno centro.
Hoy ella reciben a quienes no quieren recibir en ningún otro lugar. Como exiliadas de la sociedad por el carácter de sus trabajos y las condiciones en las que viven, la vida las dirigió a todas y en grupo a crearse un lugar, donde hoy reciben a mujeres mayores de 55 años. Se crearon su hogar, un lugar donde vivir tranquilas y disfrutar de los días que les corren, bajo techo y sin la mirada del juicio popular que las amenace ni amedrente.
Allí llegó Bénédicte Desrus. No aleatoriamente, ni producto de un viaje, sino porque se dedicó a explorar lo que ocurre en las calles de la gran capital latina de Centroamérica. La fotógrafa vive hace algunos años en México y ha seguido de cerca la vida de estas mujeres hace tiempo. Sus rutinas completas, la vida cotidiana, sus trayectos, silencios y puestas en acción.
Y gracias a este cercano seguimiento y la empatía y cercanía que consiguió con las protagonistas que hoy iluminan sus fotos, reunió una serie de capturas que condensan para ella, la esencia de sus vidas, las problemáticas que viven y la otra cara de la moneda que todo el mundo tiende a ponerle un tinte, un color. Tan bueno fue su trabajo que se hizo acreedora del Premio de Fotografía Social So Photo y fue objeto de la creación de un libro, que denominaron Las amorosas más bravas y además la llevó a pasear a París donde hoy las expone en la Galería Fait & Cause.