Patricia Astorga, licenciada en Artes de la Universidad Católica de Chile, nos invitó a su taller ubicado en un rincón de su casa de Lo Barnechea. Entre óleos, cuadros y otros objetos pudimos conocer más sobre ella, sus intereses y novedades. Actualmente trabaja en decoración, equilibrando sus roles de pintora y decoradora de interiores. También está participando en un taller a cargo del artista Arturo Duclos, espacio donde intercambian ideas entre varios artistas.
A pesar de su personalidad extrovertida y locuaz, Patricia Astorga nos habla de un introvertido arte, el cual define como visceral: “En mis obras todo es como de ‘tripa’. Muy sentimental y sobre cómo me siento en ese momento. También es muy corporal, por los formatos de mis pinturas. Es todo un ejercicio físico, donde el cuerpo se estira y pinta. Pero esencialmente es espiritual, aunque muchas veces un anhelo”. Un anhelo a la calma y a la paz interior, traspasado por pinceles a la tela, donde ella explica que si uno no reflexiona y continúa viviendo la vida agitada, sin parar, el mundo nos puede consumir.
Producto de las diversas invitaciones a ferias y concursos, participando incluso de la feria Spectrum Miami, tuvo que cambiar su formato, de pinturas de 2 metros pasó a uno más pequeño: 50×20 cm, agregando la resina como nuevo material. Sus nuevos trabajos, según explica, le quitaron la gestualidad del cuerpo que lograba con los grandes formatos, pero jamás la interioridad que siempre ha querido plasmar en cada creación. “Todos los objetos de mis nuevos trabajos sobre resina tienen que ver con mi vida diaria. Son boletas, radiografías de mis hijos, noticias que leí, etiquetas de cosas que compré. Sin embargo, el paisaje aparece al lado de todos estos objetos cotidianos, a veces escondido y otras de manera más evidente”. Esto significó una evolución en su obra, sobre todo por el hecho de no plasmar los anhelos, sino también por agregar las interferencias: “Sigue siendo una representación de mi espiritualidad mezclado con mi vida cotidiana. A veces esa vida te ahoga, te invade. En la obra es una pelea de cómo se van comiendo una con otra. Es por esto que sigo siendo yo”.
“Pegamento”, resina y pintura.
Su paso a la tridimensionalidad de la resina, comenzó con una invitación al concurso TransparentArte, a cargo de la Fundación de Artes Visuales Asociados (FAVA) y el Consejo de Transparencia. Aquí fue donde decidió hacer algo literalmente transparente en función del concurso: “Lo encontré una tremenda oportunidad para la ironía bajo el termino de ‘trasparentar’. Por todo lo que se sabe hoy en día que pasa en este y todos los gobiernos”. Su objetivo no era precisamente politizar su arte, sino que subrayar la idea de cómo todo esto afecta nuestro bienestar psicológico o armonioso.
“Lo importante es no transgredirse como artista solo por las ventas, sino que mantenerse fiel a sus ideas y acoplándose al funcionamiento del mercado del mundo de hoy”