“La pintura es poesía muda y la poesía, pintura ciega”
Leonardo Da Vinci
La forma de diluir el pensamiento y expresarlo sobre un formato que admita la libertad necesaria para llevar a cabo la misión y lo que ella conlleva es lo que movió a Ruby Yunis hacia la acuarela y el acrílico. Parte de lo afectivo y lo que, a través de la abstracción, atraen sus obras es precisamente la captura del matiz en los colores. La esencia de ellos, desplegando su empleabilidad con gracia y flexibilidad es lo que ha conseguido condensar su motivo artístico.
Es la pintura la que le permite llevar al lienzo sus energías, el humor, lo sensible. Sin perjuicio de ello, sus últimas incursiones y la última serie que viene desarrollando, se vincula al grabado. Producto de una expertiz extraída de la experiencia y el estudio, es que la artista se ha paseado por las técnicas artísticas, extrayendo de cada una lo que hace sentido al pensamiento imperante en un determinado período de su vida. Una de las cualidades o características identificadas más trascendentes para decodificar su obra es la capacidad que tiene la pintura de expandirse y reflejar estados anímicos. La soltura y permisión para crear veladuras, capas, manchas y pinceladas le ha devuelto siempre una experiencia sensible, la misma que proyectan sus pinturas y se superponen creando verdaderos campos de color permeable al discurso.
“La mejor vía para expresarse del alma es el arte”
Estudió en el Instituto de Arte Contemporáneo, y tomó clases con diversos maestros, entre ellos Sergio Soza, Eva Holz, Eva Lefever y Soledad Salamé. Ha vuelto su morada una verdadera Galería de Arte que la representa. Sergio Soza consiguió el resultado de su primera creación. En Baltimore, Estados Unidos descubrió el grabado solar. Trabaja en promedio tres días a la semana en su arte y su teléfono suena constantemente. Gusta de preparar los mejores cortados de la capital chilena y se ha sumergido en el concepto de lo acuático.
«Universos Paralelos», Grabado Solar, 43 x 32 cm
«Espejismo», Acuarela
“Soy osada, depende del material. Pero lo que más me interesa es el color, sobre todo en las representaciones acuáticas”, expresa la artista quien ha fijado la mirada en la característica de la acuarela de volver oceánico y expansivo un espacio en blanco. Es notoria la influencia del material en su discurso pictórico, sobre todo, la parte que define “aguado, etéreo”. Respecto de la materialización del arte explica que “es una fuerza interior del alma, divino, que excede lo físico”, y así es que le fluye el movimiento de la mano que recorre su próximo formato.
“Hago series hasta que agoto lo que tengo que decir. Entonces paso a otra serie, otro tema y otra técnica”, señala Ruby. En pintura opta por acuarela, pero también el acrílico, dependiendo el efecto y la disposición que tenga la intención de crear: “Con acrílico trabajo cuando tengo fuerza contenida. El acrílico es muy gestual, generalmente uso espátula. En cambio con la acuarela, es suave, es el fluir de la mancha. Las dos formas son mi vía a enfrentar la mancha y depende de mi estado de ánimo y energético tomar una u otra forma”, explica.
El grabado…
“Los grabados solares los empecé y realizo en Baltimore, trabajo allá. Son un medio ecológico en el que no se usa ácido y no hay daño al medio ambiente ni al artista”, describe respecto del método que utiliza una plancha metálica con emulsiones fotosensibles. “Se trabaja con la luz solar o una caja de luz y produce lo mismo que el ácido”, termina.
Respecto del trabajo de pintura, hay un abismante diferencial. Así, habla de los pasos y las diferencias: “Primero hago el proyecto, es un trabajo más conceptual al de la pintura. Hay que dibujar, hacer la serie. Mi última serie de grabados fue en base a investigaciones sobre los mundos paralelos. La NASA, el espacio estuvieron presentes en el estudio y todas las formas que hay en el universo”.
Grabado Solar sobre papel japonés a la Cera, 42 x 48 cm.
Grabado Solar sobre Papel Japonés a la Cera Encáustica, 37 x 50 cm.
Entonces prueba con el blanco y negro el tema en su totalidad. No hay margen a la improvisación. “Es bastante más duro el camino porque yo trabajo con el color, pero es a la vez, arduo y satisfactorio”. Y en eso trabaja sus días, en desafiar sus capacidades y destrezas para explorar diferentes técnicas.