{:es}
Se siente como si por aquí hubiese pasado el agua. Quizá una marea desplazante que dejó su rastro por doquier y tiñó su paso geométricamente dejando una estela. Una huella prolongada y manifiesta, a lo largo de todo el lugar.
No es azul ni verde, la tonalidad de celeste que acudió al encuentro de una galería de arte tiene un dejo de mar caribe, una estampa del color del mar más esplendoroso y elegante. Es porque es una galería dentro de un barco. Para dejar su huella Davide D’elia usó 19 tarros de pintura y una silla. ‘Antivegetativa’ es el nombre de la serie y abarca el concepto de cómo la vegetación dentro del mar muere al meterla en un barco o al ser intervenida por ellos.
{:}{:en}It feels like water plunged this place. Maybe it was a moving tide that left trails everywhere and dyed its geometrical passage when leaving a trail. A prolonged trail manifests itself throughout the place.
Neither blue nor green, its bluish tonality – which makes contact with an art gallery – resembles a Caribean sea, an image of the most beautiful and elegant color of seas. This is because it is a gallery inside a ship. To leave its mark, Davide D’elia uses 19 paint cans and a chair. “Antivegetativa” is the name of the series and addresses the concept of how vegetation inside the sea dies once inside a ship or being affected by these transportations.
{:}