Dibujos efímeros que habitan los espacios en 2D y 3D, papeles que se tuercen y retuercen creando una forma orgánica y llena de pliegues, generando un espacio escultural que pareciera flotar en donde se instala.
Con papel y tinta china, la artista dibuja las formas y pliegues que darán la figura a su obra. Una ves cortado y doblado, nos regala una sensación de paisajes con nubes, un clima o micro clima, o simplemente patrones que nos recuerdan a un día nublado y ventoso.
Así es como Pearlman invita al espectador a ser parte de su espectáculo y sensaciones. La neoyorkina combina el lugar y la obra como un todo, donde la sombra no sobra e interactúa con lo visual, dándole aún más dramatismo a lo que podría ser una tormenta, un tornado, un diluvio.




