La experiencia sensorial que tuvo Gaby O’Connor en su viaje a la antártica la trasportó a experienciar sensaciones, experiencias creativas e intelectuales que acabaron con estas instalaciones en las que la luz, el azul y lo geométrico se trenzan en una construcción que lleva al espectador al último rincón de cualquiera de los polos en la tierra. Es hielo, el mismo que transmite esa sensación fría de solvencia, rigidez y dureza.
Contemplar sus instalaciones es como viajar al extremo. Del norte o del sur es “What lies beneath” la instalación de la artista neo-zelandesa que exploró las grietas y recovecos que se esconden entre incebergs, que los definen y les dan quiebres, forma.
Las piezas están hechas de múltiples triángulos de papel de seda teñido y lacado y son tan imponentes en vivo y en directo que producen la sensación de esa inmensidad incontenible que te hace pensar.