Un trabajo fracturado, una deconstrucción visual que conduce a nuevos parajes de la imaginación al espectador, desafiándole a completar la obra y repletar de contenido una escena que se adelanta utópica, quizá surrealista, pero no se define, sino por cada uno de los que componen su público.
“Mi trabajo es igualmente preciso y detallado, pero también descompuesto, no terminado y deconstruido. Es un tipo de manipulación donde la pintura es abstracta y realista al mismo tiempo”, dice la artista a su galería Saatchi Art.