Tomando un poco de las ciencias y un poco del arte, este artista –biólogo de formación– busca congeniar ambas disciplinas para dar vida a su obra a través de la fotografía, la cual ha hecho suya gracias al ensayo y el error.
Por: Andrea González G. / Chile
Imágenes cortesia del artista
Es muy difícil que vuelva a captar el arte como algo secundario…”
Wolf Brandt proviene del campo de las ciencias, se formó como biólogo y luego estudió pedagogía, profesiones que desempeña en la actualidad. Luego de hacer un magíster en educación, comenzó a dictar clases en universidades, y fue allí donde surgió la oportunidad de tomar diferentes cursos de artes y humanidades, instancias que califica como fundamentales, ya que permitió reactivar sensibilidades que permanecían latentes.
Siempre sintió proximidad hacia el área humanista: en su juventud escribió cuentos, dibujó y participó en obras teatrales. Ambas disciplinas, ciencia y arte, han marcado su andar y hoy logran complementar cada uno de sus proyectos.
Distintos formatos han conformado su imaginario. Algunas referencias son el Barroco, Caravaggio y, en el Romanticismo los Prerrafaelistas, Vivian Maier en fotografía, María Luisa Bombal en literatura, o Lars von Trier y Krzysztof Kieślowski en cine. Pero la fotografía fue su canal de expresión más cercano, práctico o natural. El profundo interés por la visualidad incentivó a Wolf a adquirir una cámara y dar comienzo a una búsqueda a través del ensayo y error. Sus primeras tomas, demasiado estructuradas, a su parecer, fueron soltándose a medida que aumentó su práctica. El hecho de no poseer estudios formales en fotografía le entregó cierta libertad y la sensación de no tener que rendir cuentas. Cercanos, amigos y familiares, que observaron su trabajo, lo alentaron a seguir experimentando.
Después de un tiempo de registrar sucesos o circunstancias que llamaban su atención, decidió arriesgarse y gestionar una primera muestra individual, en junio de 2014.Instantes se realizó en base a una selección intuitiva, que logró configurar un relato de misterio. Esta iniciativa fue elemental, ya que permitió la retroalimentación con el público asistente, impresiones que siguieron aportando e impulsando el trabajo autoral.
“La narrativa de la imagen es algo que me atrae profundamente”
En su práctica diaria, Wolf experimenta la estrecha relación entre arte, ciencia y educación. Como docente ha trabajado con mandalas, utiliza la meditación como estrategia de enseñanza y concentración, así también la acción plástica y creativa.
No ha tenido la urgencia de fotografiar objetos científicos; sus imágenes se caracterizan por destacar la teatralidad de escenas cotidianas. No sale en busca de algo particular, sino que se permite un recorrido sin programa ni destino. Una caminata por Santiago realizada hace algún tiempo, desde Escuela Militar hasta el Cementerio General, dan cuenta de ese transitar. La búsqueda de espontaneidad podría definir gran parte de su proceso; los paseos en solitario, la mirada, el factor sorpresa, el evento irrepetible y la sensación de disparo como acto sublime, culminan en una imagen silenciosa, de personajes desconocidos y solemnidad, inquietud que proyecta en el espectador.
En su tesis, próxima a entregar para optar el grado de magíster en Artes y Humanidades mención Historia del Arte, ha estado trabajando el cruce entre arte y ciencia, específicamente el estudio de la Icono Diagnosis, donde se utiliza el retrato como evidencia de una patología, poniendo de manifiesto una posible explicación biológica para cada fenotipo. Vincula así, temáticas que siempre le han interesado, como lo son la historia del cuerpo, la enfermedad y el dolor.
“Es muy difícil que vuelva a captar el arte como algo secundario…”
Para Wolf, el arte se convirtió en algo sustancial, un momento de encuentro consigo mismo, una instancia clave de reflexión, poética y “satisfacción visceral”. Le permite observar las cosas, aproximarse, tomar distancia y disfrutar de cada fase. Su impresión es que tras descubrir este espacio de acción, no hay vuelta atrás. Sobre todo con la fotografía, que ha dejado de ser un juego cuando hace esa sensación, de libertad y vacío, aún más evidente.
En la actualidad, se encuentra trabajando en un proyecto particular, del que prefiere mantener reserva hasta culminar su producción. En él, dice vincular lo escénico y el dramatismo teatral, ahora con lineamientos investigativos, que vuelven a reflexionar en torno a la representación del misterio en una imagen.
Cuando piensa en el espectador de sus fotografías, dice no ser ambicioso. Le interesa llegar, vibrar, hacer pensar o levantar una propia narrativa. Cuando habla sobre sus expectativas con respecto al arte, es sincero y afirma que le basta con sentir que la foto es siempre una posibilidad, una vía para comunicar, un medio que no se agota, un lugar donde siempre hay algo por descubrir.