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Imágenes cortesia del artista.

La obra de Macarena Salinas desarrolla un lenguaje de símbolos que evoca una comunicación originaria. La fuerza del trazo, la textura y el color en sus pinturas demuestran el valor que la artista le otorga al acto creativo. Para la artista este acto lo impulsa un proceso misterioso y primordial que queda plasmado en el valor pictórico de cada una de sus obras.

«Siento la necesidad de transmitir algo, de ser un canal por el cual transmito arte como un aporte».

Macarena Salinas es Licenciada en Artes con mención en pintura de la Universidad Católica de Chile. Sin duda dos de sus profesores en la universidad despertaron en ella un profundo interés por la pintura: José Balmes y Gracia Barrios. Desde ese entonces ha desarrollado un lenguaje propio, pero al mismo tiempo muy cercano a las enseñanzas de sus profesores. De ellos aprendió el valor de la pintura, el énfasis en el color, en la materialidad, en el trazo y fundamentalmente la importancia del gesto pictórico.

Macarena Salinas 3

© Macarena Salinas

Su motivación para perseverar en el arte está marcada por una fuerte carga personal. “Siento la necesidad de transmitir algo, de ser un canal por el cual transmito arte como un aporte”. Es por este motivo que sus obras son construcciones muy íntimas. Cada una de ellas corresponde a un viaje hacia su interior en búsqueda de una fuerza creadora primordial. Es por todo esto que el acto creativo se ha vuelto el momento más importante de su labor artística. “En el momento de pintar trato de plasmar a través de mi pintura, del color y de la mancha, un sentimiento. No parto con una idea concebida, sino más bien con una idea de colores. Las manchas y las formas van surgiendo en el proceso”. Así, la artista va explorando en un ritmo propio de la pintura y de sí misma, que nos remonta a través de símbolos a una experiencia simple y esencial.

En las obras de Macarena se configuran pequeños mundos y cada uno de ellos está compuesto por un complejo lenguaje que de manera abstracta y simbólica evocan un estadio temprano de la existencia: “A través de mi pintura pretendo desarrollar un lenguaje de signos, símbolos y códigos que se unen con la pintura en un viaje a lo esencial”. El círculo y la línea son sus figuras de interés desarrollando, a partir de estos dos elementos, una pintura que tiene un movimiento propio. “Creo que mi lenguaje es una reinterpretación de símbolos que tiene algo de étnico, de los pueblos originarios, del origen”. Es así como su iconografía no obedece a ningún legado histórico en particular, sino más bien a un retorno a lo originario en la abstracción. Los signos presentes en sus obras, en este sentido, facilitan una primera conexión con la radical importancia del acto creativo, que luego termina por manifestarse en cada uno de los elementos de su obra.

Macarena Salinas

© Macarena Salinas

En el último tiempo, el proceso creativo de Macarena ha encontrado un nuevo rumbo. “Estoy en un proceso de ampliar mi arte hacia la escultura. Estoy trabajando la materialidad de mis cuadros, sus símbolos y signos, con la cerámica”. Su inicial interés por la materialidad de la pintura ha desembocado en un interés por la tridimensionalidad, y mudar a la cerámica ha logrado completar una inquietud que siempre estuvo latente en sus obras. Sus trabajos en cerámica también evocan en nuestra memoria un movimiento hacia lo originario, que está presente no sólo en sus temas de interés, sino también en la forma en que la artista logra que este material se despliegue en el espacio.