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Imágenes cortesia del artista.

A los 10 años, la artista Trinidad Bezanilla, comenzó a tomar clases de pintura. Desde ese momento, no pudo dejar de hacer arte, explorando a través de diversas actividades. Su motivación por el quehacer artístico se debe a dos cualidades de la práctica del arte, como señala: “me gusta la versatilidad que tiene  y el ingenio que requiere”.

«Busco plasmar el uso del cuerpo en el movimiento al poner de distintas maneras la pintura”

Sin recuerdos de haber querido hacer algo diferente, ingresó a la Universidad Finis Terrae el año 2001. Al finalizar la licenciatura decidió realizar un pos-título de Gestión y Administración Cultural en Artes Visuales en la Universidad de Chile, para dedicarse por completo a  su pasión.

La versatilidad, es una de las características de Trinidad, la cual se ve plasmada en su trabajo pictórico, el cual realiza con técnicas renacentistas y contemporáneas, creando obras en técnica mixta, dibujo y pintura, y utilizando diversas materialidades y soportes. Además, en la actualidad está centrada en la investigación de las posibilidades que entregan las tintas offset y los esmaltes sintéticos en soportes rígidos, lo que le ha permitido trabajar uno de los temas que más le apasiona: el color, la nitidez y el brillo que proporcionan las tintas y el esmalte.

© Trinidad Bezanilla

© Trinidad Bezanilla

Respecto al objetivo de su obra la artista manifiesta: “No quiero representar nada, sólo quiero mostrar los mil recursos de la pintura, cautivar con el color y plasmar las mil posibilidades que esta tiene”. A pesar de su gusto por las técnicas tradicionales su arte no busca la representación, siendo el tema de sus obras la técnica, los materiales y el color, los cuales a través de la improvisación y la exploración de la pintura dan cuenta de todas las posibilidades que pueden arrojar.

Pero Trinidad no solo pinta, el arte se manifiesta también a través del cuerpo y expresando con la danza, la cual relaciona con al uso del cuerpo para la creación de sus trabajos, entregándole gestualidad.  “Busco plasmar el uso del cuerpo en el movimiento al poner de distintas maneras  la pintura” señala la artista, y así,  al unir ambas artes canaliza la danza en la pintura.

En cuanto a los pasos que utiliza para elaborar sus creaciones, revela que todo comienza en su cabeza en forma de bocetos. Luego, es el azar el que aparece, siendo protagonista del proceso de creación. Como menciona, los materiales que utiliza se comportan de maneras diferentes en los soportes dadas las condiciones en el que se encuentran, utilizando técnicas como el dripping y el chorreado. Finalmente, son las pinturas, los colores y los materiales los que guían la obra, creando un juego entre lo preconcebido y el azar de los medios.

© Trinidad Bezanilla

© Trinidad Bezanilla

Este proceso puede tomar tiempo ya que la obra se realiza paulatinamente, dependiendo de cada cuadro, es más, muchas veces ocurre que una pintura requiera solo de unos pequeños destellos de color, y otros días donde se necesita mayor incorporación de pintura. El resultado final muestra las diversas capas que se han colocado sobre el soporte, siendo los resultados de cada una, un recurso para la siguiente. «Diferentes recursos y materiales, van dialogando para combinar y explotar el potencial de mi obra… y es en ese punto, donde la pintura y el soporte surgen con su máximo esplendor, en medio de juegos y danzas con los materiales que darán vida a la obra”, señala la artista en su sitio web.

Los resultados de esta investigación y exploración dan como resultado trabajos plásticos que llenan de vida y movimiento, presentándonos un ensayo sobre la pintura y sus posibilidades que no necesita ser escrito para ser captado.