Roberto Pasminio | “Las tomas se fabrican en función de atmósferas”

Un hombre de pocas palabras, serio, observador. Para él, el arte ha sido un descubrimiento que ha desarrollado conscientemente en los últimos tres años, aunque lleva en fotografía más de 20. Pasminio nació el año 1969, en la fría pero hermosa ciudad de Punta Arenas. Actualmente vive en Santiago y trabaja como fotógrafo autodidacta, una pasión que desarrolló en el transcurso de su vida. Estudió Construcción Civil en la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), y combina su pasión por la fotografía con su profesión.

La inquietud técnica de la fotografía y la curiosidad es lo que impulsa permanentemente a Roberto en su quehacer con la cámara. Durante los últimos tres años ha tratado de lograr una mirada propia hacia lo pictórico explorando diversas temáticas.

Se formó en talleres de fotógrafos y también en clases con profesores de arte. Ha sido aceptado y reconocido internacionalmente en concursos de fotografía de la Fédération Internationale de l’Art Photographique (FIAP) en diferentes países. Gracias a esto ha expuesto de manera colectiva en galerías de Inglaterra, Italia y Chile.
Trabaja pensando en series, construyéndolas en su mente, pero cuando las deconstruye inicia un proceso de azar. Descubre “ese algo”, que no se revela a primera vista, el tesoro lo encuentra después de que las edita. Experimenta con el paisaje, con capturas subexpuestas, y es así como obtiene escenarios resignificados de colores que sorprenden sobre lo cotidiano.

“No tengo un método, ni tampoco una sola técnica, las tomas se fabrican en función de atmósferas”, explica.

Sus procesos son en parte pensados, pero también dominados por el sentir del momento. Muchas veces sale con una idea, listo para disparar con su cámara, puede sacar varias fotos en una tarde, pero hay otros momentos en que nada queda registrado. Últimamente ha transformado su departamento en un taller, experimentando con fotografía de estudio, objetos y luz. Un proyecto que espera exponer pronto.

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A su juicio, el mundo de la fotografía en Chile se desarrolla en una “especie de isla”, lejos de la mirada del resto del mundo que se actualiza minuto a minuto. Pero eso –para Roberto Pasminio– es positivo, ya que ha descubierto que no existen límites de expresión para su técnica. “Este es un camino en el que aún queda demasiado por hacer y descubrir, sobre todo las imágenes que no han salido de mi mente”, cuenta.

El tránsito que recorre para lograr lo que quiere es algo que le trae inmensa satisfacción, porque la fotografía se transformó en su estilo de vida, algo que no sólo lo entretiene si no que lo mueve, lo refleja, evade y enamora.

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