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En el marco de la Bienal de Cuenca, la curadora Inés Ruíz presenta un proyecto que enlaza sensibilidades y trayectorias de artistas provenientes de diferentes geografías. Según explica, la elección se dio por “proponer tres geografías, tres sensibilidades y tres contrastes diferentes que mostraran trayectorias procedentes de distintos puntos en el mapa y sus correspondientes vivencias”.

La propuesta se articula desde una mirada cercana a los artistas, evitando jerarquías o imposiciones. “Trato siempre de trabajar mano a mano con los artistas, sin imposiciones, centrando el proceso en la confianza y en compartir vivencias”, señala. Este enfoque inspiró a los tres creadores a realizar trabajos ex profeso para la Bienal, vinculados con el concepto de The Game. A partir de recuerdos de juegos y juguetes de la infancia, las instalaciones dialogan con el presente y con el espacio expositivo.

El carácter portátil y experimental es otro de los ejes curatoriales. La curadora destaca su interés en trasladar el arte fuera del “white cube” y generar experiencias que conecten directamente con los contextos locales:

“Mi idea es transmitir al público reflexiones y sensibilidades que van más allá de los contextos establecidos”

El desconocimiento previo del espacio expositivo se volvió también un reto creativo. “Me resulta divertido porque siempre enseño a mis estudiantes que hay que conocer el espacio de memoria. Esta vez soy yo la que no lo ha visto nunca y proyecto una muestra desde hace meses sin haber pisado el lugar. El juego está también asegurado aquí y resulta emocionante”, confiesa.

Participar en la edición conmemorativa de los 40 años de la Bienal de Cuenca significa, en sus palabras, “un honor y un privilegio”. Más allá de la relevancia profesional, subraya el impacto en los públicos: “Es una oportunidad de dar a conocer las propuestas de los artistas, entrar en contacto con un rico y variado grupo de agentes culturales y compartir escenario con tantos colegas de renombre internacional”.

Los artistas seleccionados son Shirma Guayasamín (Ecuador)

Pilar Millán (España)

Víctor Hugo Bravo (Chile)

Quienes, a través de instalaciones vinculadas con la memoria y la infancia, establecen un diálogo sensible y potente con el público. Además, la propuesta incluye un preludio sonoro con la obra Juguetes rotos de Teresa Catalán, interpretada por el guitarrista Samuel Diz.

“Los aprendizajes son múltiples, los retos muchísimos y la experiencia será, sin duda, fascinante e inolvidable”, concluye Inés .