Bernardita Garib es una artista chilena nacida y criada en la ciudad de Santiago. Estudió y se licenció de Ciencias Políticas en la Universidad Gabriela Mistral, también posee dos diplomados en arte, además de haber asistido a variedad de talleres de arte en la Pontificia Universidad Católica de Chile, y talleres con artistas como Bororo y Concepción Balmes, entre otros. Desde hace doce años que se dedica totalmente a su trabajo como artista, presentándose desde 2007 en exposiciones individuales y colectivas.
Sus inicios en el arte estuvieron influenciados por su familia. Siempre estuvo rodeada de arte, ya sea libros u obras; y su madre la ayudó a desarrollar estas capacidades. Tenía diversos libros de arte que Bernardita solía ojear, así fue creciendo y desarrollando su amor por esta área. Su tía también fue otra de las personas que fomentó sus habilidades, regalándole artículos e instrumentos de arte para que fuera cultivando su talento.
Estudió Ciencias Políticas, carrera de la cual se tituló, mas a pesar de haber estudiado dicha carrera, siguió desarrollando sus habilidades manuales y artísticas. Tomó talleres de serigrafía, papel, pintura, cursos de apreciación de imagen, entre otros estudios y aún hoy continúa tomando cursos para desplegar su propio sello y plasmar su técnica con mayor fuerza en su obra.
Ahora bien, en la obra de Garib se percibe libertad, espontaneidad de la figura y el color, o mejor dicho, “la libertad de la mancha”, como lo describe. Todo comienza por una mancha, y es la espontaneidad de una simple mancha, la que inspira el desarrollo de su trabajo. Su trabajo expresa lo que ella es, lo que siente: el color no tiene un concepto definido, no está sujeto a una definición rígida, es más bien una extensión de su propia emocionalidad; Bernardita está vinculada íntimamente con su obra, con el tema que trata, no es simplemente un despliegue sin sentido, es su propio ser el que yace expuesto en la elección del color y las formas.
En sus trabajos, la artista no trabaja con un concepto definido, el tema se va definiendo con su deseo espontáneo de exponerse, o mejor dicho, los temas en sus obras se van tratando desde aquello que siente respecto a éstos. Por ejemplo, en T Collection, podemos observar las diferentes formas en las que se explora una simple taza: obtiene movimiento y dinamismo a través del color, puede deformarse y, a su vez, no perder su forma primigenia, evoca los diferentes tipos de líquido que puede contener una taza; es más, en esta colección, ella utiliza la técnica misma para darle un dinamismo particular a la obra, pues mezcla la impresión digital con otros sustratos. De esta manera, juega con la imagen mediante la transformación, tanto del tema como de la técnica en sí y le da la posibilidad al espectador de explorar un nuevo terreno: la obra termina en el momento en el que alguien la ve, y se abre una nueva posibilidad para quien la ve.
La artista comenta que para un artista, exponer es exponerse, es mostrarse provocando cosas a través de su obra. Bernardita se entrega, con toda sinceridad y libertad, ante el público, es por ello que no solo pinta, sino que ella es su obra. En The Walking Lab, su nueva colección de obras que serán expuestas en la