Una especie de gran urna con un aire muy puro y un clima perfecto, se convertirá el refectorio del convento de Santa María delle Grazie, en Milán donde se conserva una de las obras maestras del Renacimiento «La última Cena» , de Leonardo da Vinci. El objetivo es dar al menos otros 500 años de vida al fresco y aumentar el número de visitantes que lo puedan admirar. En la actualidad, se permite la entrada a 30 personas con un máximo de 15 minutos de estadía en la sala, se estima que unas 1.300 personas visitan la obra cada día.
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Sobre la obra
Leonardo no se percato que, bajo el convento, había una corriente de agua que creó humedad en las paredes y paulatinamente absorbió la pintura. Una vez terminada la obra, el artista se percató de que la técnica utilizada tenía graves defectos. La pintura es enorme (460 x 880 centímetros), muy frágil y delicada, realizada entre 1494 y 1497 con tempera y óleo sobre una preparación de yeso, fue pintada «al seco» en la pared del refectorio del convento de los Dominicos, una técnica incompatible con la humedad del ambiente. . La Última Cena ha sufrido diversos intentos de restauración a lo largo de los siglos, hasta la más grandiosa intervención, que duró 22 años (de 1977 a 1999), después de haber realizado previamente numerosas investigaciones.
Su conservación
Gracias a el gran simbolismo que representa la obra y los constantes estudios que se le realizan a la misma, es fundamental lograr un aire «casi perfecto», para su conservación. Un equipo especial se encarga de tomar muestras de las partículas de polvo que entran con las personas que visitan el refectorio, se adhieren a las paredes y, si alcanzan cierto nivel, podrían dañar la pintura. Constantemente se vigilan otros agentes que pueden ser dañinos como el amoniaco.El nuevo sistema de climatización permitirá emitir cada día 10.000 metros cúbicos de aire limpio en el refectorio, en lugar de los 3.500 actuales. El final de los trabajos está previsto para 2019, año en que se conmemorará el quinto centenario de la muerte de artista.
El Ministerio de Bienes Culturales contribuyó con 1.200.000 euros, mientras que aproximadamente otro millón procederá de Eataly, empresa fundada por Oscar Farinetti, que cuenta con una cadena de supermercados con productos de alimentación italianos de alta calidad. En esas tiendas se podrá reservar una visita de 50 minutos (35 más de los permitidos actualmente) al «Cenáculo». Farinetti ya ha ideado el lema de su campaña: «Una cena así no te la puedes perder».