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Uno de los pintores que marcó el camino a sus colegas venideros fue Piet Mondrian (1872 – 1944). El neerlandés, precursor del neoplasticismo –corriente que proponía una estética basada en la simplificación de las formas y en la utilización de colores primarios más el blanco y negro–, dio un gran impulso a la abstracción en la pintura. Las vanguardias como el cubismo tuvieron una gran influencia en él. Desde ahí obtuvo la inspiración para llegar a su propia estética, una que proponía la exaltación de lo esencial a través de las líneas rectas y colores básicos.
La simplificación de la realidad. En palabras sencillas, esa era una de las metas que Mondrian quería lograr en su trabajo. Esto se puede ver en “Composición”, una de las obras más icónicas del artista. Lo que hace el pintor en esta pieza es esbozar algunos elementos que estimulen la imaginación del espectador.
En el lienzo la ilusión de profundidad se limita al mínimo a través de la eliminación de los trazos curvos o diagonales, esenciales en la generación de perspectiva. La disposición equilibrada de los elementos hace de esta una composición harmoniosa. El uso de los colores se restringe a la gama primaria: rojo, amarillo y azul, los que combinados pueden dar lugar a la cualquier pigmento de la gama cromática. Por su parte, el uso de blanco y negro se utiliza para generar diversas espacialidades en el lienzo.
La interacción de las líneas, la disposición de las formas y la dispersión de colores asimilan a las calles de Nueva York, metropolí que obsesionó a Mondrian. Su caos, su jazz, sus luces y neones parecen encontrar su símil pictórico en “Composición”.
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One of the painters that marked the past of the followings was Piet Mondrian (187 – 1944.) The Dutch, precursor of the neoplasticism –current that proposed an aesthetic based on the simplification of forms and the using of primary colors plus white and black–, propelled abstraction in painting. Avant-gardes as cubism had great influence in it. From there, he had the inspiration to reach his own aesthetic, which proposed elation of the essential through straight lines and basic colors.
The simplification of the reality. In simple words, that was one of the goals that Mondrian wanted to achieve in his work. This can be seen in “Composition,” one of the most iconic works of the artist. What the painter makes in this piece is to sketch some elements that stimulate the observer’s imagination.
In the canvas, the illusion of depth is limited to the minimum through the elimination of curves or diagonal lines, essentials in the generation of perspective. The balanced disposition of the elements makes it a harmonious composition. The use of colors is restricted to the first spectrum: red, yellow, and blue, which combined can create any pigment of the chromatic range. By its part, white and black are used to create diverse specialties in the canvas.
Line’s interaction, form’s dispositions, and color’s spread simulate New York’s streets, metropolis that obsessed Mondrian. Its chaos, its Jazz, its lights, and neon seem to find their pictorial simile in “Composition.”
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