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Academia de Guerra o Escuela de Mecánica, la educación desde el arte

By 12 de octubre de 2016No Comments

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La muestra es de los artistas visuales Mario Soro y Aarón Ortega y nos ofrece una mirada crítica desde la materialidad.

Academia de Guerra o Escuela de Mecánica se está presentando en Worm Gallery, cantera de arte independiente, en Valparaíso. Ambos artistas son educadores, lo que resulta una clave en la propuesta y una suerte de enlace entre las obras.

Las obras recorren y reúnen técnicas como el video, grabado, performance, instalación y objetos de arte. Ciertas ideas o conceptos visuales se nos aparecen una y otra vez, insinuados en la materialidad y montaje: la pizarra, la medida, el cuerpo moldeado.

Mario Soro presenta un video de imágenes, sonidos y movimientos repetitivos, donde parece haber doctores u operadores que realizan acciones de medición. Los sonidos y los quiebres o saltos en las imágenes aparecen como pulsaciones de vida intervenida, la idea de la construcción del hombre desde la idea del progreso, de la creación de seres desde reglas, todos iguales y autómatas, mecánicos. Podemos ver en los grabados de Soro el mismo planteamiento: el cuerpo humano, el rostro –principalmente– abierto con instrumentos médicos que parecen tenazas. Boca, nariz y ojos son intervenidos, y quizás bloqueados desde sus facultades propias o llevados a la normalidad, a un modelo general y correcto.

escuela2Otra serie de obras del artista fueron realizadas en la misma galería. Cajas de madera puestas en la pared cuyos fondos son impresiones o fotocopias y donde aparece nuevamente la imagen del doctor/operador. Contienen seres tallados en madera y los bordes de las cajas están remarcados con reglas del mismo material. En la caja más grande de la serie –que parece ser el clímax de esta– los seres tallados son más suaves, más moldeados y están cubiertos por medidas tanto de reglas como de topografías. En el fondo vemos un sastre que mide a su cliente y una máquina topográfica/fotográfica antigua que manipula un niño. Estos seres ya completamente modelados y normalizados no logran ser nada en específico más que la acumulación de reglas que los ha deformado y encasillado en esta caja sin salida y sin posibilidad de acción.

Por otro lado, Aarón Ortega presenta una instalación central que utiliza como base la pizarra de clases, en la que deconstruye la antigua silla de madera que se encontraba en las salas de clases. En la pizarra se lee una y otra vez –como un dictado de castigo– desplazar. La enseñanza desarticulada o la puesta en evidencia del proceso de conversión en operario/funcionario dentro de las aulas. Arriba de la instalación, casi llegando al techo, círculos negros bordados escriben desborde, el fondo negro de tela parece aquí el fondo de la pizarra.

Cuatro otras obras de Ortega en la misma sala incluyen otras líneas de lectura a la propuesta general. Un corazón pintado con sus venas y con escritos sobre las partes que lo componen están sobre la bandera chilena. Un corazón blanco con lápices incrustados en él, la punta hacia fuera, sobre una superficie que dice: y tu campo de flores bordado. Dos cajas metálicas: en una de ellas una tijera con forma de pájaro corta un hilo rojo, en la otra las puntas de lápices de colores forman la bandera chilena. Aparece la idea de nación, la idea de una pertenencia generada desde iconos replicados, grabados desde la enseñanza, la repetición.

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El día de la inauguración se presentó en el frontis de la galería el video de una performance realizada por los artistas –esa tarde– dentro de la galería. Sobre el cuerpo pintado de negro de Aarón decía una y otra vez: no debo rayar.

La educación es la base de Academia de Guerra o Escuela de Mecánica porque es la base de todo. El planteamiento crítico visual de estos artistas nos recuerda la ausencia de la persona en la educación, del cuerpo, de la posibilidad de ser todos igualmente distintos. Un mundo que funciona como una Academia de Guerra o una Escuela de Mecánica generando seres moldeados y desplazados y, en consecuencia, un mundo moldeado y desplazado.

{:}{:en}The exhibition is by the visual artists Mario Soro and Aarón Ortega. It offers us a critic view from the materiality.

Academia de Guerra o Escuela de Mecánica is being exhibited in Worm Gallery, source of independent art, in Valparaíso. Both artists are educators, which results a key component in the proposal, and a kind of link between the works.

The works traverse and join techniques such as video, engraving, performance, installation, and art objects. Some ideas or visual concepts appear insinuated in the materiality and the set up: the blackboards, the size, and the molded body.

Mario Soro presents a video of images, sound, and repetitive movements, where doctors or operators making measuring can be seen. Sounds and breakdown or forward leap in the images appear as intervened life pulse. The concept of man’ structure since the idea of progress. The idea of being’s creation since rules. Everyone equal and automaton. Mechanics. In Mario Soro’s engravings we can see the same approach: human body, the face principally opened with medical instruments that seem pincers. Mouth, nose, and ayes are intervened, and maybe blocked from its abilities, or carried to the normal, to a general and correct model.

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Another series of artworks was exhibited in the same gallery. Wooden boxes in the wall with printings and photocopies at the back, and where the image of the doctor/operator appears again. They have wood carving people, and the edges of the boxes are re-marked with rulers made with the same material.

In the biggest box – that seems to be the climax- the wooden people are softer, more molded, and are covered by ruler and topographical measurements. At the back, we can see a tailor that measures his customer, and an old topographic/photographic machine that a kid manipulates. These people, already molded and restored, don’t achieve to be nothing more specific than the accumulation of rulers that have deformed and classified them in this box without exit, and without the possibility of action.

For other part, Aarón Ortega presents a central installation that he uses as a base to blackboards. He deconstructs the old wooden chair found in classrooms. It can be read in the blackboard over and over again – as a punishment dictate – Move. Dislocated teaching inside the classrooms or the dead giveaway of conversation process in the operator/doctor. Over the installation, almost in the roof, embroidered black circles write outburst. The black back in the canvas seems the back of the blackboard.

Another four Ortega’s works in the same room include strokes of interpretation to the general purpose. A painted heart with it veins and notes over it. They are on the Chilean flag. A white heart with pencils set in it. The outwards sharp point. On the surface reads: y tu campo de flores bordado. Two metallic boxes: inside one of them, a bird-like scissors cuts a red thread. Inside the other one, the sharp point of the pencils make up the Chilean flag. The idea of nation appears. The idea of belonging created by replicated icons, and graved from the education, the repetition.

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In the inauguration day, a video was presented in the façade of the gallery. It was a performance done by artists – this afternoon – inside the gallery. Over Aarón’s black-painted body was written over and over again: I must not scratch.

Education is the basis of Academia de Guerra o Escuela de Mecánica. Because is everything’s basis. The critical and visual approach of these artists reminds us the absence of the person in education. The body. The possibility of being all equally different. A world that works as an Academia de Guerra or as an Escuela de Mecánica, creating molded and out-of-place people and, in consequence, a molded and out-of-place world.{:}