Una obra que muchos expertos del arte comparan con la Gioconda de Da Vinci «La joven de la perla” es la obra más emblemática del pintor holandés Johannes Vermeer van Delft (1632-1675). La mirada seductora con que la mujer interpela al público es parte de lo que hace tan atractiva a esta pintura. Labios entreabiertos y una vestimenta que, aunque no representa a la nobleza, está llena de exotismo, se complementan armónicamente con la perla ubicada al centro de la composición.
Es así como la obra se presenta como toda una narración de los elementos cotidianos que dan color a la vida.
En términos técnicos, los colores azulados y amarillentos del vestido de la mujer retratada juegan con el brillo blanco que emana la perla hacia su rostro. Este juego de contrastes se acentúa con el fondo negro, el que brinda equilibrio a la composición.
«Cuando piensas en la Mona Lisa, ella nos mira, pero no de manera seductora; ella está sentada detrás de la pintura, contenida. Mientras que La joven de la perla está justo ahí; no hay nada entre ella y nosotros. Ella tiene la cualidad mágica de ser tremendamente abierta y misteriosa al mismo tiempo. Y eso es lo que la hace tan atractiva», Emilie Gordenker, director del museo Mauritshuis, en torno a la obra maeastra de Johannes Vermeer, «La joven de la perla»
