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La vida de Frida Kahlo en cinco obras

By 6 de julio de 2016No Comments

Aunque pintores como André Bretón intentaron convencer a Frida Kahlo de que su estilo era surrealista, la autora mexicana nunca aceptó tal calificativo. Sus temáticas no se referían a sueños, si no a experiencias que marcaron su vida personal, tal como se verá a continuación:

Frida y Diego Rivera (1931)

Frida Kahlo - Frida y Diego Rivera

Frida Kahlo – Frida y Diego Rivera

Una unión entre “un elefante y una paloma”. Así fue descrita la pareja formada entre Diego Rivera y Frida Kahlo. Los primeros años del matrimonio entre los dos pintores fueron muy fructíferos para ambos. Los dos se amaban profundamente, lo que se ve en la unión entre sus manos. Se aprecia la fisionomía de cada uno: Frida aparece vestida con un típico atuendo mexicano. Su cuerpo se ve frágil. Diego se nos muestra grande e imponente, sosteniendo una paleta y pincel en su mano, lo que denota una sensibilidad artística que tanto le gustaba a su esposa.

Henry Ford Hospital (1932)

Frida Kahlo - Henry Ford Hospital

Frida Kahlo – Henry Ford Hospital

Frida vivió junto a su esposo en Estados Unidos entre 1931 y 1934. Aunque Rivera disfrutaba de la valoración que el público norteamericano hacía de sus murales, Frida extrañaba a su México natal. La nostalgia se acentuó con el aborto de “dieguito” a los tres meses de gestación, debido a las complicaciones que surgieron en el embarazo causadas por el resquebrajado cuerpo de Frida. El choque en autobús que sufrió en 1925 la dejó con múltiples fracturas y decenas de operaciones que hicieron imposible la procreación. Este hecho marcaría una realidad que la pintora tardaría años en asimilar.

En el cuadro se muestra el momento del aborto en el Hospital Henry Ford en Estados Unidos. Desde su malogrado estómago salen seis hilos rojos que recuerdan la forma de los cordones umbilicales. Cada uno se conecta con un elemento de aquella jornada: por una parte el feto de su hijo, un caracol que simboliza la lentitud del proceso, una flor púrpura que le regaló Diego Rivera, un torso abierto que muestra sus órganos internos…

Frida, con su pelvis ensangrentada, exterioriza el dolor físico que sintió durante la operación.

Autorretrato con collar de espinas (1940)

Frida Kahlo - Autorretrato con collar de espinas

Frida Kahlo – Autorretrato con collar de espinas

La relación de Frida Kahlo y Diego Rivera se puede resumir como una historia de mucho amor y desengaños. Diego Rivera nunca abandonó su gusto por cortejar mujeres. Llegó a sostener un romance con la hermana de Kahlo, lo que llevaría a esta última a una profunda depresión. Desde ahí, ambos siguieron juntos pero en una relación abierta. En 1939, luego de diez años juntos, Frida Kahlo y Diego Rivera se separaron. La pintora nunca pudo reponerse de este evento; amó a Rivera hasta la muerte, a pesar de los muchos amoríos que ambos sostuvieron.

En esta obra Frida aparece vestida con un típico atuendo mexicano y un collar de espinas que, en vez de estar en la cabeza como suele suceder en la simbología cristiana, aprieta su cuello, en una alegoría del dolor que le causaba estar lejos de su amado. El colibrí muerto que cuelga del collar hace alusión al matrimonio fallido. El pequeño mono –regalo que le hizo Diego– se asocia a la indiferencia que sostenía su esposo con ella. El gato negro en su hombro izquierdo es sinónimo de la mala suerte.

Diego en mis pensamientos (1943)

Frida Kahlo - Autorretrato con Diego en mi pensamiento

Frida Kahlo – Autorretrato con Diego en mi pensamiento

“Tuve la suerte de amar a la mujer más maravillosa que he conocido. Ella fue la poesía misma y el genio mismo. Desgraciadamente no supe amarla a ella sola, pues he sido siempre incapaz de amar a una sola mujer”, así se refirió Diego Rivera a la relación que sostuvo con Frida Kahlo. La pintora mexicana siempre tuvo a la persona del muralista presente en sus pensamientos, lo que se puede apreciar en este cuadro.

Las grietas que llenan la composición demuestran el daño psicológico que la separación causó a Kahlo. Rivera aparece representando el tercer ojo, justo al medio de la frente de Frida. Su vestido, una tehuana típica de México, era el favorito de Rivera.

La Columna Rota (1944)

Frida Kahlo - La columna rota

Frida Kahlo – La columna rota

El accidente que sufrió en autobús cuando tenía 18 años dejó secuelas en Frida que durarían toda su vida. En esta pintura ella aparece con su torso desnudo, abierto y lleno de arneses y clavos. Una columna de fierro agrietada sostiene su columna, en una clara alusión a las intervenciones quirúrgicas a las que fue sometida a lo largo de su vida. Todo este daño en el cuerpo le impidió ser madre.

Su gesto, alicaído y lleno de lágrimas, denota la pena que la pintora experimentó debido a todo esto. El paisaje desértico en el que se ambienta la escena demuestra el sentimiento de desolación que Frida vivió en aquel entonces.

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