Licenciada en Estética en la Pontificia Universidad Católica, artista y profesora, Paula Ceroni estuvo siempre buscando el camino de su vocación, palabra muy común dentro de su ámbito familiar, al igual que la creatividad, don que la acompaña desde su infancia.
Primero entró a la carrera de Ingeniería Comercial en la misma casa de estudios, donde hacía de voluntaria diseñando y pintando los carteles del centro de alumnos, del cual participaba fomentando la cultura. Siempre tuvo muchas inquietudes, dentro de estas, su lado artístico era uno de ellos. Su juventud la hizo decidir por lo tradicional, tras tener un altísimo puntaje y ser una persona muy matemática, y a la vez artística. Finalmente abandonó la carrera y hoy, a sus 31 años, está convencida que nació para el Arte.
“Pensaba bueno, voy a estudiar Comercial y me voy a dedicar paralelamente al arte, así voy a poder administrar un Centro Cultural”
Pintaba en su tiempo libre desde el colegio. Se sabe la historia de Picasso y Van Gogh, sobre todo por el tema de la fluidez, el color, y el que tuviera, para ella, una pintura muy personal y psicológica. Cuando se dio cuenta que no estaba contenta con la carrera y que no fluía, se dedicó a tomar ramos de distintos contenidos, que tenían relación con el arte, acuarela, pintura experimental y escultura en fierro.
Un antes y un después
En el momento que Paula tomó el curso de Historia de la Escultura Contemporánea, con Gaspar Galaz, fue el quiebre total con su carrera tradicional. En él vio que a pesar de ser crítico y teórico, además era escultor, vio inspiración y el curso especialmente dictado por él, le dio el empuje para finalizar con la carrera de Ingeniería Comercial y cambiarse a Estética en la misma Universidad.
“Fue una carrera desafiante, filosófica, donde aprendí todas mis inquietudes dentro del arte y su historia»
Cuando Paula comenzó a trabajar en su obra, tuvo un poco de temor de replicar lo que ya existía, pero llegó a la conclusión que se sí se puede crear algo nuevo, así es que uno está en constante crítica y autocrítica. “Tengo un estilo, pero lo he desarrollado con distintas técnicas”. Ceroni además, toca piano y en su familia hay un aprecio particular por la música, esto la llevó a desarrollar su primera exposición individual Allegro Pianíssimo en el 2012, en Teatro del Lago de Frutillar, una vez finalizada su carrera de Estética.
Contextualizó la música frente a una representación visual centrada en el Piano, utilizó acrílico sobre tela, pianos bordados, también una instalación hecha de varios pianos de origami en PVC, simbolizando el tamaño de uno real y abarcando el mismo espacio. Además realizó obras donde los nombres de compositores clásicos y contemporáneos daban la forma de un piano. Asimismo, creó una instalación de figuras musicales –asientos de notas– en tamaño real para que los espectadores pudieran ser partícipes de la obra sentándose según los tiempos de estas. Tenía el enorme desafío de hacer algo distinto, el lograr que la persona que entrara a la galería viera que había un hilo conductor entre toda la obra y su participación.
© Paula Ceroni
Sus obras surgen por apasionados sentimientos, reflexiones profundas y hasta crisis existenciales. El tema de hacer distintas técnicas es para sentirse completa, el indagar en materialidades e investigar la llevó a la técnica en la cual trabaja ahora. Se llama el “deshilado”, que se encuentra dentro de la categoría de arte textil que surgió por la temática del piano, del querer exponer los hilos para figurar instrumentos de cuerda: un cuadro de piano que tenía tres perfiles y un violonchelo de tamaño real. Para la segunda exposición individual (2013) en Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), exhibió la misma muestra del Teatro del Lago, incluyendo nuevas obras como el “intérprete” obra que homenajeaba a nuestro pianista Claudio Arrau, compuesta por dos cajas de luces con el deshilado del rostro de Beethoven.
En julio de 2013 se fue a vivir en Estados Unidos por dos años, con su marido y sus dos niños, y si quería trabajar tenía que hacerlo en la noche cuando los niños dormían. “Fue realmente difícil, estuve conectada a través de la Galería de Cecilia Palma, pero también me distancié un poco de Chile, en el ámbito artístico por supuesto. Porque perderme de todo el avance, y luego para poder incluirme de nuevo y exponer, creo que hay que tener mucha suerte y empuje», dijo la artista. Sin embargo mantuvo el vínculo con el país, dado que estando en el país norteamericano participó del Bazart UC en 2014, e hizo trabajos de pequeño formato para mandarlos por avión.
Aprovechó la educación artística de EE.UU. y tomó cursos de fotografía, de prácticas textiles y un workshop de Super8 (cámara de filmación vintage) durante las noches. “fue muy sacrificado, pero era algo prácticamente de vida o muerte, me dije esto es mi pasión y no voy a parar”. Se desvelaba trabajando y desarrolló la fotografía y trabajos de arte textil. Tuvo la oportunidad de exponer de manera colectiva en Diego Rivera Gallery de San Francisco Art Institute, un trabajo de instalación de video y arte textil que invitaba al espectador a ser parte, experimentando con una enorme cuerda, “Explorando la Cuerda”.
Desde su vuelta a Chile –hace menos de un año–, su objetivo es acercar la gente al arte, a vivirlo de manera personal y a identificarse con lo nuestro. Es en esta línea que ha desarrollado la temática de la identidad, basándose en las culturas precolombinas para hablar del origen, de elementos patrimoniales y geográficos que nos representan como chilenos. Utilizando la técnica del deshilado realizó, por ejemplo, dos Selknams, conocidos por la una ceremonia documentada en que se pintaban los cuerpos, cosmovisión que apasiona a la artista. En su proyecto Deshilar la Identidad, el acto de deshilar es descubrir en la tela lo que ya existía.
Asimismo, hoy trabaja en torno a la instalación de carácter participativo, con el objetivo de crear instancias para configurar la definición de un cuerpo social. “Mi intensión es que las personan se conecten consigo mismas a través de mi arte”, explica la artista, que actualmente se encuentran preparando instalaciones para lugares públicos, interviniendo y utilizando la técnica del deshilado –aquella que alguna vez le complicó por su perduración en el tiempo, y que solucionó enmarcando las obras con vidrios de filtro UV–, siempre con el fin de llegar al espectador.
“Me atrae el tema conceptual, social, los cambios que suceden, como algo que está en crisis, es ahí cuando quiero representarlo, además quiero que el espectador se active con mi obra y su significado”