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Lo bello y lo sublime: una exposición chilena en Colombia

By 6 de mayo de 2016No Comments

Con la curaduría del chileno Ernesto Muñoz, el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá abre sus puertas para recibir las propuestas artísticas de 14 artistas chilenos en las que se refleja un estado de realidad y naturaleza.

Inspirada en la teoría del filósofo alemán Immanuel Kant sobre lo bello y lo sublime, las obras que componen la exposición traen una exploración hacia ese universo interminable de ideas alteradas por las experiencias humanas. La teoría de este filósofo alemán tiene en su discurso un fuerte arraigamiento sobre el arte; sobre cómo se percibe el mundo sensible a través de factores como la imagen y la estética, las cuales desatan ciertos sentimientos que terminan llevando al ser humano a lo bello que encanta y lo sublime que conmueve.

Las obras expuestas se pueden interpretar como evidencias de las similitudes contextuales que tienen ambos países, Chile y Colombia, a través de obras que estuvieron influenciadas por aspectos sociales y políticos, siendo la exploración de algunos materiales y la manera de interpretarse, lo que sobresale en el trabajo de los artistas chilenos.

© Amelia Errázuriz

© Amelia Errázuriz

Para la muestra llevada a cabo en la ciudad de Bogotá, se contó con la participación curatorial del chileno Ernesto Muñoz, crítico y artista que se toma uno de los espacios más importantes de la ciudad para dar a conocer la composición artística chilena, a través de obras que reflejan en una invención alterada por los sentidos y que le regalan a la ciudad de Bogotá la oportunidad de ver, en un mismo espacio, a varios destacados artistas extranjeros.

En el centro del museo, con un gran formato, el artista Rodrigo Bruna realiza una intervención artística con el café como material primordial, con su obra titulada Pulvis et Umbra, intervención que hace referencia a las exequias y el funeral de su abuelo que conlleva a pensar en el funeral como un acto destructivo al producirse la muerte y que es representado con este polvo que se convierte en efímero.

Por otro lado, el artista Lorenzo Moya refleja a la naturaleza de la Cordillera de Los Andes, como inspiración de una pintura que mezcla los paisajes encontrados en esta zona montañosa que se dispersa con la imagen de una mujer y frases de reflexión. A su lado, la obra del artista Francisco Peró muestra un breve paso sobre la producción de obra, teniendo en ella algunos elementos que están por definirse, en una serie de imágenes sobrepuestas a las que el espectador dará su resultado final.

Con gran tamaño y colgadas desde el techo, con tinta china y acuarela, la artista chilena Ángela Wilson refleja una imagen de la plaza de Bolívar de la ciudad de Bogotá. Obra que fue intervenida por la misma naturaleza, haciendo que las tonalidades se fusionen con los bosques y las aguas del río San Pedro de Chile.

En el segundo piso del museo nos encontramos con las piezas que establecen una exploración hacia los materiales. Las ramas, que parecen estar congeladas y en realidad son materiales plásticos derretidos por el calor, son una clara prueba de la hibridación entre lo natural y lo artificial en la obra realizada por el artista Pedro Tyler. Luego se observa la suspensión de una esfera gigante que aglutina varios juguetes infantiles, reflejo hacia la memoria y el olvido, elementos encontrados durante tragedias políticas y sociales en Chile, a lo que la artista Amelia Errázuriz da un valor elevado a lo emocional.

Por su parte, la fotografía como elemento experimental que atrapa la realidad también se hace parte de esta exposición. Los objetos que pertenecen a la cotidianidad, pero que pasan desapercibidos son trabajados por la artista Carolina Oltra, quien los aborda desde su vínculo a la memoria que conforma la arquitectura humana a través de un registro digital sobre cobre y papel fotográfico intervenido. Al igual que el proceso que adquiere la fotografía de la artista Eugenia Vargas Pereira en su obra Tan sólo una ilusión, donde se observa una crítica hacia la relación del ser humano con las nuevas tecnologías; el sonido a través de pequeños artefactos que al ponérselos en los oídos te desconecta del mundo exterior, dando cavidad a la creación de nuevos espacios imaginarios.

© Alicia Larraín

© Alicia Larraín

La constante alusión hacia lo natural y una realidad social hacen que los proyectos expuestos en esta exposición se conviertan en algo bello y sublime, que según el curador de la muestra los artistas nutren con realidades de la naturaleza y de supervivencia para construir, a partir de ellas, llamados de atención sobre las conductas ciudadanas.