El hiperrealismo llega a supra gran escala a cualquier espacio. Todos son suficientes para mostrar el efecto: salas, piezas, cuartos de baño, cocina, museos. Allí algo ha ocurrido. Los floreros dejaron de tener su tamaño o el ser humano se encogió. Las frutas y verduras se ven amenazantes y tremendas: ellas y todos sus detalles, hasta el más ínfimo se ve en tamaño de lupa.
Es el trabajo de Petros Chrisostomou, quien trabaja un simulacro de la vida regular. Sus obras más recientes están hechas de materiales recolectados de tiendas de Brooklyn, extensiones de pelo afroamericano, productos de aseo personal, algunos objetos de tiendas «todo a un dolar», todas ellas comunicadas socialmente conectadas con la comunidad que las refleja.