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¿Por qué es importante y positivo invertir en arte?

By 1 de marzo de 2016No Comments

Es el mundo de lo desconocido y de lo incierto. Muy poco se sabe de sus flujos y ciertamente, aunque se quisiera que funcionara algo parecido a la bolsa, no lo hace. Tiene altos y bajos en el tiempo que no pueden evaluarse de acuerdo a factores externos que no sean imparciales y algo aleatorios. Sin embargo, el según un estudio realizado por Art Market Research, reconocida en el mercado de arte, en los últimos años las obras de los artistas contemporáneos han conseguido una rentabilidad anual media del 12.4 por ciento, lo que indica un resultado augurioso.

Se ha visualizado que se producen burbujas y épocas de euforia y luego recesos.  No se produce en tiempos determinados ni con cierta fluidez, sino que dependen de elementos externos. Como es un mercado amplio y diverso, las preferencias por un arte u otro, estilo, temas, colores, materiales, tamaños, hacen que este elemento sea un factor más que analizar al lanzarse en la inversión del mundo de las artes.

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Pero vamos a dejar en claro algunas cosas ventajosas que no tienen discusión:

  • Un estudio realizado por Jiangping Mei  y Michael Moses, revela que el Mercado de Arte supera al mercado de renta fija. 
  • La volatilidad en los precios de las obras de arte es mucho menor ante situaciones mundiales de crisis, lo que lo convierte en una buena opción para quienes buscan una diversificación que no se vea afectada por variables comunes.
  • Al igual que el mercado de renta variable, funciona con largos plazos
  • Presta una buena posibilidad a viajeros que visitan países lejanos para interceder como intermediarios o gestores culturales del arte para vender en sus países natales.
  • Evaluar el mercado resulta trascendental. La región de la que se hable hace variar mucho el precio de una obra, por las diferentes valoraciones de la técnica los movimientos y la época.

En caso de pérdida hay asuntos que pueden salvar la situación, aún así, es poco probable si la colección procede un un estudio e investigación acabada y minuciosa. Por ejemplo, cuando se produce falta de dividendos se puede resolver rentando obras a museos, galerías o eventos, sin tener que perder su propiedad y menos hipotecarla en menor valor del de adquisición.

En la actualidad existen 44 fondos de inversión en el globo. Se dedican a adquirir obras de arte y gestionar los recursos que de ellas emanen, llegando incluso a los 960 millones de dólares. Este sólo dato puede evidenciar la forma en que diversificar la forma de invertir y hallar en el arte un nicho y en sus diferentes técnicas cobijo consigue una solvencia mayor en momentos de crisis.

Algunos consejos releídos que resultan válidos:

  • Al adquirir arte debe hacerse una compra informada, sobre todo, respecto del potencial valor quev la pieza experimente en el tiempo.
  • Trabajar con galerías garantiza una fuente confiable. Son ellos los promotores directos con el dueño de la obra, por ello, se impiden fraudes.
  • La necesidad de que la obra conserve un dejo de representatividad de un artista o condense un argumento que recorra y trascienda a la carrera artística de su autor siempre le da más valía a una obra.
  • La conservación de la obra es trascendental. Hay que fijarse en el momento de la adquisición con mucha atención en cada detalle que la componga.
  • El autor debe ser alguien que, si no es reconocido, debe estar validada por expertos y teóricos del arte que vean en ella una promesa de las artes plásticas.

La inversión en arte es, sin lugar a dudas, una fuente de recursos distinta, que opera con otros tiempos e independiente de los factores regulares que urgen al mercado. Por considerarse también una fuente de acceso a la historia y a la identidad de la sociedad que las inspira, su valor no radica en elementos empíricos del diario de vivir. Sin embargo, la cautela siempre es una premisa al momento de decidir invertir y embarcarse en el mundo de la adquisición artística, pues la intuición no siempre juega buenas pasadas y no basta del gusto personal, para darle rentabilidad a una pieza artística. Se recomienda siempre que haya un estudio acabado con anterioridad y una evaluación de recursos, plazos y finanzas para iniciar el camino.

Este camino eso sí, está cargado de valor, argumento y fundamento. Su carga social y cultural enriquece no solo el bolsillo, sino el alma.