La pintura de Carmen Hurtado se inició con una temática en torno a movimientos sociales durante los 80. Luego de un retiro de la actividad, que duró seis años, la pintora chilena regresó a su taller para crear obras nuevas, esta vez centradas en la representación de la naturaleza. Con un estilo que mezcla lo figurativo con el expresionismo, Hurtado espera pasar de su actividad actual, la docencia, a dedicarse tiempo completo a lo que le más le apasiona: el arte.
El gusto por el arte y la pintura comenzó desde niña, edad en la que Carmen Hurtado (Santiago de Chile, 1963) se entretenía pintando sobre blogs y cuadernos que le regalaba su madre. Luego de egresar de la enseñanza media con 16 años, Hurtado cursó un año de publicidad; “justo después conocí a un chico que estudiaba licenciatura en arte, un vecino que tenía en el sur, y ahí me fascinó. Dije ‘esto es lo mío’”, explica la artista. Su siguiente paso fue entrar a estudiar Licenciatura en Arte, mención pintura a la Universidad de Chile, carrera que complementó al especializarse en artes plásticas en la misma universidad. “Cuando entré a la universidad en el 83 otras cosas me movían, la temática social y la movilización ciudadana eran mis temas. A medida que pasó el tiempo se estabilizó la situación en el país, llegó la democracia. Mi mamá se recuperó del cáncer que la afligía, mi hija creció; de repente me vi con tiempo para retomar la pintura, la que abandoné por más de seis años debido a circunstancias personales”, recuerda.
“Mi temática intenta llevar a lo visual el esplendor que hay en la naturaleza. Creo que la gente no repara en eso, no se detiene a contemplar lo majestuoso que tiene y que hay que conservar”
Al introducirse en la casa de Carmen Hurtado, se pueden ver cuadros en cada una de las paredes del hogar. “Estos cuadros son de mi primer período, cuando mi temática rondaba lo social”, sostiene la pintora. Figuras humanas de estilo abstracto y trazo grueso son los sujetos en ellos retratados. Unos metros más al fondo se ubica el taller de Hurtado, en donde óleos que muestran paisajes naturales se condensan en un espacio que no supera los tres metros cuadrados. Admiradora de pintores como Kandinski y de los chilenos Guillermo Nuñez y Omar Gatica, la artista divide hoy su tiempo entre la docencia y la pintura.
Hace 12 años que vive en Talagante con su hija. Fue el contacto con la naturaleza lo que le permitió dar un giro temático en su pintura; “de a poco comencé a vincularme con grupos de defensa a los animales y de protección al medio ambiente. Uno crece también, madura. Me vino una preocupación intensa por la naturaleza”, comenta la pintora.
Los sujetos retratados en la actualidad por Carmen Hurtado son principalmente cerros y árboles. El mensaje de su obra se relaciona con la majestuosidad que conlleva en sí la naturaleza “Creo que la gente no repara en eso, no se detiene a contemplar lo majestuoso que tiene y que hay que conservar”, asegura Hurtado.
“Si tuviese que clasificar, un buen artista es el aquel que ha dejado todo por el arte”
El proceso creativo de la obra de esta artista parte con una imagen que la pintora ve en la realidad y que permanece como una idea fija en su mente. Esa impresión es llevada al lienzo, en donde los colores surgen espontáneamente a través de un diálogo con la tela. Así lo señala Hurtado: “nunca termino con la idea exacta que pensé al inicio”. En promedio, todo ese trabajo demora un mes en estar terminado.
En términos técnicos, los trazos de esta pintora son creados a través del pincel; con él da forma a las figuras más tenues y pendulantes. Con la espátula, herramienta que le entrega líneas y direcciones más rectas, la artista genera accidentes que le dan espontaneidad a su obra.
Para Carmen Hurtado un buen artista es aquel “que ha dejado todo por el arte”. El caso contrario sería alguien que no ha mutado en la temática de su trabajo: “los que han encontrado un mecanismo para hacer sus obra y lo repiten indefinidamente. No por una obsesión interna, sino porque le dieron con el palo al gato”, argumenta.
Acerca de su futuro, Hurtado desea dedicarse tiempo completo a pintar: “pienso que no voy a cambiar el rumbo del arte. Pinto porque me gusta. Necesito expresarme a través de ella. También quiero tiempo para dedicarme a las plantas. Yo estoy como hoja al viento”.