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A fines del año pasado la empresa Lego se negó a venderle sus clásicas piezas de juguete al artista chino Ai Weiwei argumentando que podía negarse ante el recurso de preguntar el fin de la compra, pues la empresa podía reservarse el derecho de venta dependiendo de lo que considerara dentro de los fines para los que se creó el producto, eximiéndose de apoyar discursos políticos o sociales fuera dentro de sus misiones.
Hoy el asunto pinta distinto. Transcurrido un año desde entonces, Lego anunció recientemente que dejará de preguntar el uso final de sus piezas y venderá sin restricciones su producto. La compañía danesa exigió de todas maneras que si ellas se utilizaban para fines que exceden sus propiedades, los autores debían asegurar que la empresa no se hacía cargo de los trabajos que ellos desarrollaran y tampoco les prestaban respaldo.
En respuesta a la negación de la empresa, el año pasado el artista chino tomó una fotografía y la subió a Instagram mostrando cientos de piezas Lego arrojadas al WC, medida que fue respaldada por el público en general y creó rechazo frente a la empresa.
{:}{:en}By the turn of the last year, the company Lego refused to sell its classic toy pieces to the Chinese artist Ai WeiWei, saying that they could refuse after knowing the purpose of the buy. The company will be able to sell Legos if the purposes for which this product was created were considered; thus, supporting political or social speeches will result in a denial on the part of Lego.
Today, it is different. After one year, Lego notified that they will sell their products without asking purposes. However, the Danish company demands that, if purposes are beyond their original ones, authors must assure that the company will not be responsible for the works they would do neither will not support them.
After the denial of the company, last year, the Chinese artist took a photo and uploaded it in Instagram showing hundreds of Lego pieces thrown at the WC. This was supported by the public and was rejected by the company.
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