El museo de Bilbao llega a la mayoría de edad, y se mantiene como uno de los grandes del arte contemporáneo.
El 18 de octubre de 1997, se inauguraba el flamante diseño del arquitecto Frank Ghery, junto a las importantes directrices del museo que pretendía tener una programación de calidad que atrajera a un importante volumen de visitantes, y cuya repercusión internacional fuera lo suficientemente fuerte como para ser un aporte en la escena museística tanto de Bilbao como de España.
De esta forma el museo ha logrado ir mucho más allá de Bilbao, Vizcaya y España pues se ha consolidado como una institución cultural de referencia en el mundo, lo que se refleja en la gran cantidad de extranjeros que anualmente son más de dos tercios de las visitas que tiene el museo.
Esto se ha logrado con una gran colección de obras, de 130 piezas; una estructura de funcionamiento y modelo operativo innovador, con una combinación de apoyo público con presencia privada, que permite el autofinanciamiento del 64%, lo que convierte a este museo en un ejemplo a nivel europeo y mundial.
