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Imágenes cortesia del artista.

Mujeres indígenas, ollas de cobre, cacharros de greda, alfombras y chamantos desgastados son algunos de los elementos que se toman la obra de esta artista, que ha dedicado gran parte de su carrera a investigar y plasmar temas étnicos y nuestras culturas precolombinas en cada uno de sus coloridos cuadros.

“Fue muy emocionante porque entre 700 artistas y alrededor de 1.400.000 obras nunca pensé que me premiarían”, comenta sobre premio Lorenzo el Magnífico»

Una vida muy tranquila, de “pueblo”, es la que lleva hoy Loreto quien hace 12 años se trasladó a Maintencillo, donde tiene instalado su taller. Así es como su rutina diaria se compone por unas horas para estudiar, pintar y  disfrutar de un entorno rodeado de naturaleza y paseos por la playa al atardecer; un escenario perfecto para crear y reflexionar.

En su obra representa elementos y lugares que formaron parte de la historia: “Me gusta representar esa vida que ya no está, pero que quedó cargada con las emociones y vivencias de esa persona. Cuando una mujer teje en su telar un chamanto, en soledad y en silencio, todos sus sentimientos y pensamientos afloran y ese chamanto queda cargado con ese instante de su vida. Eso es lo que trato de inmortalizar en mis obras”, devela la artista.

Sus cuadros rememoran capítulos de nuestra historia y las personas que construyeron las ricas culturas precolombinas latinoamericanas, reflejando los rostros bondadosos de gente de pueblo, con su piel tostada y esculpida con el sol. Según señala, su interés por descubrir y retratar parte de la historia comenzó como una necesidad en su temática. Tiempo después su padre le heredó un libro de gramática Araucana, que perteneció a su abuelo, quien había sido juez en La Unión, a inicios del siglo XX. Asimismo, “influyó que cuando chica viví unos años en un fundo cerca de Santiago, lo que me conectó con nuestras raíces campesinas”, comenta.

© Loreto Sanhueza

© Loreto Sanhueza

Desde temprana edad tuvo claro que el arte sería parte importante de su vida, tras observar a una artista retratando a su madre: “Yo tenía unos seis años cuando mi madre nos instaló, a mi hermana y a mí, atriles en casa y la artista nos enseñó a pintar. Quedé fascinada con el arte y nunca más lo dejé. Cuando ya trabajaba profesionalmente y llevaba varios retratos, mi madre me pidió que le hiciera uno a ella. Fue una linda experiencia y una muy buena decisión, porque ahora que ella no está, me acompaña su retrato”, cuenta.

Con el correr del tiempo exploró diversas disciplinas: dibujando a lápiz, esculpiendo y pintando al óleo, que reconoce como el mejor medio para expresarse. Así, disfruta mezclar lo figurativo con los fondos abstractos y pinceladas sueltas; inconclusas, lo que ha seguido haciendo hasta hoy.

Uno de los momentos más importantes de su historia profesional fue su paso por la  Bienal de Florencia, en la que participó en 2011, donde premiaron a varios artistas de diversas disciplinas. Ella obtuvo el reconocimiento internacional, en pintura, Lorenzo el Magnífico, además de un premio especial dado por la crítica a sus obras El Tríptico Cultura Andina y el Díptico Tramas Precolombinas: “Fue muy emocionante porque entre 700 artistas y alrededor de 1.400.000 obras nunca pensé que me premiarían”, recuerda con emoción.

Loreto ha obtenido dos premios en el Museo de Arte Latinoamericano de La Florida y dos premios en Santiago de Chile. Ha sido invitada a exponer en dos colectivas en el Louvre en 2014 y 2015. Sus cuadros se encuentran en colecciones particulares en U.S.A., Canadá, Alemania, España, Holanda, Inglaterra, Australia, Nueva Zelanda, Indonesia, entre otras, siendo la mayoría de ellos hechos especialmente a pedido por sus clientes. Sus obras se exhiben en Chile en el Hotel Hyatt. El 2008 es incluida como artista chilena en el libro de arte iberoamericano Imagen y Crítica y en 2013 la incluyeron en el libro International Contemporary Artists Vol VII.

En estos días tiene una exposición en la Galería de Soledad Molina en el Hotel Hyatt, lugar donde expone permanentemente y donde esta vez exhibirá sus últimos cuadros en la muestra Pinceladas Precolombinas.