Cristián Vargas | Realismo imaginario

Imágenes cortesia del artista.

Las obras de Cristián Vargas poseen un realismo innegable, sin embargo, niños, jóvenes y adultos aparecen en situaciones surreales, encerrados en una habitación que les abre nuevas posibilidades, paisajes e historias.

«Para mí el arte es inherente al ser humano, la pintura está arraigada a mi vida, siempre ha estado conmigo, desde que tengo uso de razón, e incluso ha llegado a ser una necesidad».

Cristián Vargas es un autodidacta, que comenzó a pintar reproducciones de reconocidos pintores, como Claudio Bravo, Dalí y Van Gogh, y alguna que otra obra por encargo. Sin embargo, tras iniciar sus estudios formales en la Academia su perspectiva de la pintura cambió y le llamó la atención pintores como Antonio López, Velásquez, Rembrandt, Nerdrum, entre otros.

Cristián reconoce que el reflejo de sus obras tiene de todo un poco, y por ello no se restringe a la hora de crear una nueva pintura: «Por ahora pretendo que mi obra se identifique con un ‘realismo imaginario’”, afirma, debido a que en su trabajo mezcla lo onírico con lo figurativo de manera equilibrada abriendo la puerta a la imaginación, pero sin sacar los pies de la tierra.

El explorador de riquezas
© Cristián Vargas

Esta mirada particular que el artista muestra en su trabajo va de la mano con sus comienzos, los que lo llevaron desde el «hazlo tú mismo» a la academia. Tomó clases para saber cómo tenía que empezar y qué materiales usar, y demoró cuatro años antes de entrar a estudiar oficialmente a la Academia de Bellas Artes de Martín Soria. «Fue un renacer, fue descubrir quien realmente quería ser», cuenta.

Cristián admite que una de sus razones para comenzar a pintar fue el nacimiento de su hija, cuando tenía 22 años. Este momento le abrió los ojos hacia nuevos horizontes en su trabajo, lo que le permitió introducir nuevas técnicas y colores: «Hasta ese entonces siempre había dibujado en blanco y negro y ella vino a llenar de colores mis dibujos», reconoce.

Para Vargas, el arte es algo que ha estado siempre presente en el transcurso de su vida. Desde pequeño estuvo interesado por el dibujo y asegura que desde que tomó un pincel nunca más pudo dejar de pintar: «Para mí el arte es inherente al ser humano, la pintura está arraigada a mi vida, siempre ha estado conmigo, desde que tengo uso de razón, e incluso ha llegado a ser una necesidad».

El sueno
© Cristián Vargas

Para llevar la idea a la imagen hasta dar con el resultado final de su obra, Cristián comenta que sus pinturas van sufriendo modificaciones a medida que avanza en ellas: «Voy cambiando colores, agregando o quitando elementos. Normalmente las ideas vienen a mi cabeza cuando estoy pintando. Pintar me produce bienestar, me provoca plenitud, me siento completamente feliz y es en ese entonces cuando mi mente se abre y nacen nuevas ideas».

Esta faceta múltiple del artista lo ha llevado a exponer en varias ocasiones, las cuales son en su mayoría colectivas, lo que se debe a que, para él, resulta más interesante  y atractivo exponer con sus colegas y amigos, puesto que el espectador puede apreciar una mayor diversidad de obras y además se aprovecha mejor el espacio que muchas veces no es fácil de conseguir.

Por el momento Cristián se encuentra trabajando en una serie de retratos y también en algunos proyectos, aunque reconoce que por ahora le dedica más tiempo a sus hijos: «Estoy trabajando en una serie de encargos, retratos principalmente, y también estoy retomando algunos proyectos que dejé de lado a fines del 2012, luego de que naciera mi segundo hijo”

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