Manchas de política y naturaleza
La fotografía y la pintura son dos de las pasiones de esta multifacética artista que trabaja con temáticas tan controversiales como la política-económica y la belleza del salar Uyuni.
Eran los ’80 y María Fernanda Lairet cursaba la carrera de Diseño en Caracas cuando su padre le obsequió una cámara Nikon FE2, con la que participó en los dos únicos concursos de fotografía a los que ha asistido. “En esa época, la fotografía era lo que captabas en el momento. No podías ver la imagen previamente y borrarla si no te gustaba para volver a tomarla. La fotografía proporcionaba un placer adicional, que constituía el esperar al revelado para ver las tomas, los momentos que ya habían pasado y que no volverías a ver”, explica la artista.
Pero la fotografía, aunque pareciera ser el inicio, se ha transformado en una actividad paralela a la que realiza junto a la pintura. Una pintura que comenzó abstracta como manchas de diferentes colores que se mezclan en el lienzo, al respecto María Fernanda comenta: “Mis obras pictóricas tienen fuertes elementos y evidencias en mi proceso de manchar, en estas obras abstractas”. Igualmente incursionó en un motivo que retomó años más tarde, Simón Bolívar, banderas y caballos, todo con la intención de “darle presencia a la historia orgullosa de mi país”.
La temática de los países se hace recurrente en su obra, y es quizás acá donde los hechos acontecidos en Caracas durante los ’80 –como el famoso Viernes Negro del ’83, que sentaría los antecedentes de la devaluación del dólar y la inestabilidad económica del país y cinco años más tarde, el Caracazo, el incremento en el precio de la gasolina y del transporte público, lo cual desató una increíble masacre por las protestas originadas en diversos sectores de la capital y luego en diversas partes del país– mientras ella estudiaba, se hace presente en su obra, la cual hecha en base a billetes de diversas naciones y a las nuevas crisis económicas que asolan al mundo cada ciertos años, se relacionan.
En el año 2008, cuando comenzó la crisis financiera global, María Fernanda comenzó a investigar sobre la simbología y el valor espiritual de los billetes y monedas, a través de un trabajo en el que combina la fotografía, el collage y la impresión digital. “Me apropié de la simbología que tienen diferentes íconos monetarios y los confronté: la pirámide del dólar, con la figura de Mao; el perfil de Bolívar, con figuras del franco suizo y con los colores del dólar australiano”, de esta manera logró un trabajo colorido, donde los billetes y las imágenes se mezclan, retorciéndose unas con otras como si la simbiosis fuera posible en el papel y, así lograr, como ella dice: “un collage con una importante carga visual, que busca conectar al público con los múltiples significados que esconde un billete de diferentes denominaciones y nacionalidades”.
Y en esta serie también ha ocupado importantes personajes mundiales, como Gandhi y Mao, personas absolutamente distintas, con mensajes y formas de comunicar, o acciones a realizar, que se contraponen de manera radical. Mientras el primero de ellos predicó con la paz y mantuvo una lucha constante de resistencia no violenta; Mao pareciera haber hecho todo lo contrario desde que se convirtió en máximo dirigente del Partido Comunista en China y máximo líder del país hasta su muerte, periodo en el cual se vivieron numerosas ejecuciones y persecuciones como el “Movimiento de las Cien Flores”.
De las economía a Uyuni
El salar de Uyuni es la fascinación de Gastón Ugalde, quien gestó un viaje para 11 personas donde iban 3 fotógrafos y, entre ellos, María Fernanda Lairet. “Fuimos invitados a vivir una especial aventura llena de inquietudes, pasiones, sentimientos y emociones –explica la artista– la mezcla perfecta de la sal, reflejos, horizonte y cielo, que parecen una sola superficie, permiten romper la delgada línea imaginaria que te mantiene separado del paisaje. Como un acto de magia, la gravedad desaparece, el ser se hace leve, liviano y, entonces, percibes que fuiste creado para trascender, concebido para extender las alas de tu mundo interior y elevarte”, y es en este espacio donde la artista desarrolló su última serie, una mezcla de performance y fotografía, una muestra cuyo escenario e instalaciones creadas en el lugar son una muestra de creatividad y un reflejo de las posibilidades que el género, la tela, permiten.
Mi Espejo es el nombre de la serie, en la que el género se apodera de la imagen, donde el aire y el paisaje se mezclan en el contraste de colores, en el contraste con las asombrosas formaciones geológicas, vertientes térmicas y lagunas salitrosas. Y ahí, las fotografías de mujeres cubiertas por géneros transparentes, donde se aprecia la silueta de cada una de ellas, en palabras de la artista, “podrá ser una metáfora de la realidad de un contexto artístico sublime, sensual, donde el amor, el sexo, la paz interior está presente y están todas entrelazadas”, donde el ser, la materia y la naturaleza se reúnen ante la cámara para quedar plasmadas en una imagen imperecedera, que recordará a la artista todos aquellos increíbles momentos vividos antes de llegar al salar; para invitar a quien vea las fotos a este mágico espacio, para preguntarnos qué pasa o cómo se logra captar estos movimientos, estas formas y este sitio.
A veces los años parecieran ser circulares, como si el tiempo pudiera volver atrás y recordarnos aquellos momentos que fueron cruciales para la actualidad. María Fernanda Lairet aún conserva esa Nikon FE2, regalada por su padre, esa cámara semi-profesional de lentes intercambiables, aquella que le proporcionaba el placer de recordar los momentos como fueron, sin un arreglo previo a la impresión, sin poder borrar lo que no que no queremos ver.