En el marco de la XVII Bienal de Cuenca —que celebra 40 años de trayectoria— el Museo La Neomudéjar inauguró Mycelium: La simbiosis de la forma, muestra curada por Néstor Prieto y presentada en la histórica Casa Vélez en Cuenca, con apoyo de Arts Connection Foundation (Miami).
Un concepto que conecta arte y territorio
Nestor Prieto explica que la propuesta se inspira en el micelio como red subterránea de cooperación: “Mycelium es un paralelismo con lo que sostiene a los hongos, y también con cómo las sociedades contemporáneas tenemos que afrontarlo”, señala.
El montaje utiliza las cuatro plantas de la casona como un sistema orgánico, donde “el micelio funciona como eje vertebrador”.
Participan Ciria, Jacqueline Bonacic-Doric, Verónica Riedel, Marina Núñez y Diego Moya, en una articulación que vincula arquitectura, materialidad y reflexión social.
“Venimos como Museo La Neomudéjar —dice Prieto— con una selección de artistas que dialogan desde distintas estéticas y preocupaciones”.
Breve recorrido por la muestra
José Manuel Ciria abre el recorrido con un laberinto de lienzos alimentados por goteros clínicos llenos de color, metáfora del micelio como flujo vital entre arte y existencia.
Diego Moya presenta cajas de luz donde rostros fragmentados reflexionan sobre identidad y tecnología.
En la segunda planta, Jacqueline Bonacic-Doric despliega una cascada textil de cuerpos heroicos que desafían el espacio colonial.
Marina Núñez introduce esculturas de vidrio y videos con IA que indagan en la materia, los organismos y nuestra condición simbiótica.
Finalmente, Verónica Riedel instala un jardín micelial que cruza biocultivos, plantas medicinales mayas y geometrías rituales.

La muestra propone una experiencia de interconexión entre obra, espacio y comunidad, como resume Prieto: “Nos invita a reflexionar y repensar cómo nos relacionamos en las sociedades contemporáneas al enfrentar nuevos retos”.