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En el marco de la Bienal Internacional de Cuenca, la artista Verónica Riedel presenta una propuesta que dialoga con los conceptos de regeneración y conexión con la tierra. Entusiasmada por coincidir con una edición que define como “revolucionaria del juego”, Riedel comparte una mirada donde el arte se funde con la naturaleza y la cosmovisión ancestral.

Su muestra aborda el resurgimiento de la tierra, inspirándose en el micelio como símbolo de colaboración y vida compartida. Las obras, elaboradas con biocueros y hierbas curativas, evocan nuevos mundos representados como jardines que nacen desde la cosmovisión maya.

A través de este trabajo, la artista busca transmitir un mensaje de conciencia y ofrecer al público una invitación a incorporar su propuesta como un método de vida, más allá de la contemplación estética.