La primera coproducción entre Teatro del Lago y Teatro Biobío narra parte de la expedición de Hernando de Magallanes por América del Sur desde una perspectiva territorial. A partir de ahí, sus personajes debieron ser revisitados bajo una óptica actualizada en pos del respeto por la diversidad cultural.
“Estar acá es una inmersión total en esta propuesta”, comenta la diseñadora de vestuario argentina Luciana Gutman desde las instalaciones del Teatro del Lago en Frutillar. Allí, los preparativos para el estreno de la ópera “Patagonia” son cada vez más intensos y la adrenalina moviliza a quienes llevan años tramando este proyecto. En medio de la vorágine, la vestuarista contempla el imponente paisaje del sur de Chile que será escenario del montaje así como también su protagonista.
La obra, compuesta por el músico chileno Sebastián Errázuriz, rescata la historia del encuentro entre el pueblo magallánico nativo y una ambiciosa expedición española a inicios del siglo XVI. Bajo la dirección de escena del fundador de Teatro Musical Contemporáneo, Marcelo Lombardero, “Patagonia” tiene agendadas cuatro funciones: 18 y 19 de marzo en Teatro del Lago, Frutillar; y 25 y 26 del mismo mes en Teatro Biobío, Concepción.
Llevar a escena la colisión cultural entre el pueblo Tehuelche (Aonikenk) y la comitiva militar europea liderada por Hernando de Magallanes presenta en la actualidad desafíos diferentes a aquellos imaginados hace incluso solo un par de años.
“Como vestuarista la mayoría de las veces trabajo con ópera clásica y la verdad es que ser parte y testigo de un proyecto musical desde su concepción ha sido otro tipo de experiencia”, explica Gutman. La diseñadora, miembro del equipo de Lombardero, ha trabajado para los teatros más importantes de Francia, Montecarlo, Grecia, República Checa y Latinoamérica. En Chile, sus creaciones han sido parte de montajes como “Lady Macbeth”, “Billy Budd” y “Tristán e Isolda”, por mencionar algunos. “Yo creo en la necesidad de mostrar, arriba de un escenario, algo que nos convoque, interpele y cuente de nosotros”, añade. En ese sentido, el trabajo que ha significado la realización de “Patagonia” desde el libreto de Rodrigo Ossandón hasta los diseños de la propia Gutman, no ha estado exento de cuestionamientos y reflexiones históricas. Llevar a escena la colisión cultural entre el pueblo Tehuelche (Aonikenk) y la comitiva militar europea liderada por Hernando de Magallanes presenta en la actualidad desafíos diferentes a aquellos imaginados hace incluso solo un par de años.
En todos los casos se empieza por una extensa y detallada investigación, de la cual señala la diseñadora “siempre algo queda”; no obstante, desde allí hasta el escenario la travesía es imprevisible y nutrida por diversos factores. “En un principio me fasciné con la idea de que un pueblo originario tuviera un espacio en una ópera”, comenta Gutman. De hecho, la riqueza cultural de los Aonikenk resulta lo suficientemente llamativa como para recrearla en escena y eso fue lo que el equipo ideó desde un comienzo. “Luego nos encontramos cuestionando algo que se viene hablando en el rubro artístico desde hace un tiempo, que es la apropiación cultural”, agrega la vestuarista. La idea de que artistas que, evidentemente, no pertenecen al pueblo Tehuelche lleven sus ropas, tradiciones y ornamentos sobre el escenario hizo ruido en la producción y forzó a buscar una salida creativa.
“Ser parte y testigo de un proyecto musical desde su concepción ha sido otro tipo de experiencia”, explica Gutman
“¿Deben los ‘Otelo’ ser hombres blancos pintados de negro o las ‘Madame Butterfly’ occidentales maquilladas como orientales?”, reflexiona Gutman. Entonces, el vuelco creativo se dio a través de la etimología del término que da nombre al pueblo Aonikenk, mapudungún para “sureño” o “gente de la tierra estéril”. Dichos conceptos fueron los disparadores para la ideación de un nuevo imaginario plástico que toma elementos de diversos pueblos nativos al mismo tiempo que mantiene una respetuosa distancia con cada uno: “Pueden ser todos los pueblos o ninguno”, explica la diseñadora. Desde allí, el abstracto se materializó en tonos verdes y cafés, fieltro de lana natural, piedras y barro. “Es importante que el vestuario y el maquillaje cuenten también la historia”, comenta Luciana.
En el caso de los personajes que representan a los excursionistas europeos, el diseño se ampara en datos históricos concretos como el amplio uso del negro en la vestimenta: “Tiene que ver con esta España inquisitiva y también con ese viaje en barco de dos años”, justifica Gutman. En esa misma línea, el efecto del tiempo, del sol y de la falta de higiene están calcados en la ropa como parte de la historia. El contraste entre los colores y texturas de dos pueblos opuestos que se encuentran en el indómito territorio patagónico contribuye a la narración de la ópera del mismo modo en que lo hacen sus canciones y escenografía. “Tiene que existir una unificación en el montaje”, concluye la diseñadora.
Tanto el trabajo de Gutman como el de todo el equipo tras “Patagonia” será exhibido al público por primera vez el próximo 18 de marzo en Frutillar, antes de llegar a Concepción una semana más tarde. La ópera es una coproducción chileno-argentina inédita entre Teatro del Lago y Teatro Biobío; con un elenco integrado por experimentados artistas locales: cuatro cantantes líricos, una actriz y un actor, en compañía de la Orquesta de Cámara de Valdivia dirigida por Rodolfo Fischer y Sebastián Errázuriz. Las entradas ya están a la venta en www.teatrodellago.cl y www.teatrobiobio.cl.