En el contexto de la inauguración de un mural desaparecido en dictadura del artista Guillermo Núñez, el muralista y fundador de la Brigada Ramona Parra, Alejandro «Mono» González, conversó con Arte Al Límite sobre el valor de la obra y su trabajo en conjunto con los artistas Saile y Matu en la recuperación de un extracto de la memoria artística nacional.
«Homenaje al trabajo voluntario» (1972) se titula el mural original creado por el Premio Nacional de Artes Plásticas 2007, Guillermo Núñez, para el edificio de la UNCTAD III, actual Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM). Tras el golpe, once obras fueron removidas del espacio, entre ellas, el mural. Con el fin de recuperar parte de esta historia y de homenajear la carrera de Núñez, el equipo del centro gestionó una pared a la salida del metro Universidad Católica para reinterpretar la obra en manos del muralista Mono González.
Sobre los inicios de esta colaboración, González cuenta que hace más de un año que se estaba pensando en intervenir el muro. «Antes había un mural en homenaje a Víctor Jara que realicé, pero después llegó un artista auspiciado por una marca de zapatillas y puso otra cosa, sin permiso del GAM, entonces ellos me contactaron para realizar un nuevo trabajo en el espacio. Allí decidí que quería compartir el muro con otros artistas».
Así se acordó con Guillermo Núñez relanzar su mural a las afueras del edificio, en la parte superior de la pared. Para la parte inferior, el muralista invitó a dos artistas contemporáneos dedicados al arte callejero y al grafitti, Saile (Iván Miranda) y Matu (Matías Noguera), para reinterpretar la memoria desde el punto de vista de una nueva generación de artistas chilenos.
«Ésta es una plaza muy concurrida, de mucho público, entonces el trabajo tiene que ver con la memoria, con cómo se interrelacionan las generaciones pero además en cómo le damos al espacio público una vitalidad y un contenido, que no tiene que ver con las marcas sino con el concepto de la memoria y las ideas», afirma Mono.
Para la presentación de la obra final el pasado viernes 8 de febrero, Matu profundizó en el contenido y en el significado del diseño. «Decidimos en conjunto llamar al mural «Memorial a la memoria», como un homenaje a recuperar la historia. Podemos ver a una mujer, que no se sabe si está soñando o agonizando en su lecho, como una metáfora de lo que es recordar y recuperar aquellos valores perdidos en dictadura».
«El muro contiene estos dos diseños distintos que comparten una misma paleta de colores, los mismos de la obra original, para mantener una armonía entre ambos. Es así como el muro representa una misma casa para varios habitantes», detalló González.
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Pasado y presente en un mismo lugar
Guillermo se mostró agradecido por el trabajo de los muralistas tras ver el resultado final. Recordó la historia del mural y la importante integración armónica que existía entre la arquitectura de la ex UNCTAD III con el arte. También afirmó que la censura por parte de Lucía Hiriart, esposa del dictador Augusto Pinochet, fue extremista y que varias de esas obras se perdieron en ese periodo, sin posibilidad de rehacerlas.
Mono González también recuerda esos años. «Este sitio es relevante ya que estamos volviendo a un espacio que ya teníamos ocupado antes. Durante la construcción del edificio, un largo muro daba hacia la Alameda, en donde nosotros como brigada y como artistas pintamos muchos de nuestros trabajos. Era una gran oportunidad por la vista que se tenía, en pleno centro, porque antes toda la locomoción pasaba por Santiago, entonces era una gran vitrina», afirma.
Respecto al trasfondo de la pieza, González destaca los valores solidarios y el trabajo comunitario que existía detrás del voluntariado en la década de los setenta, lo cual se ha perdido con el paso del tiempo. «Hoy vivimos en una sociedad individualista, egoísta, en donde cada uno lucha por su metro cuadrado. Hay un cambio de valores muy trastocado ahora, por ejemplo estos cabros (Sile y Matu) vinieron a ayudar acá por oficio, nada más. Buscamos ocupar los espacios públicos y darles dignidad y humanidad, que no se transforme la ciudad en un suburbio asqueroso deshumanizado», concluye.
Sobre otros proyectos en conjunto, el muralista comenta que seguirá trabajando con Núñez en el Persa Bío Bío, lugar donde hace un tiempo venden grabados y diferentes obras a los transeúntes del lugar, lejos del círculo más intelectual. De forma particular continuará con los proyectos del Museo a Cielo Abierto de San Miguel y el Festival de Arte Urbano: La Puerta del Sur. Guillermo, por su lado y en conjunto con un equipo, está armando su archivo artístico.