La producción de libros de artista en Chile se ha caracterizado por la escasez de espacios expositivos y por el ejercicio creativo solitario, sin embargo destacados representantes han desarrollado interesantes cuerpos de obra, cuyo conocimiento es un real aporte a la puesta en valor de la disciplina a nivel local y regional. Una de las artistas contemporáneas referenciales en el ámbito, es la chilena Javiera Pintocanales, cuyo trabajo debe ser uno de los portafolios más exquisitos existentes en la actualidad, debido a la calidad de su ejecución y consistencia entre el concepto trabajado y las exploraciones materiales y constructivas de cada una de las obras.
Residente en Puerto Vallarta, México, su exploración material con los libros comenzó con sus estudios de Diseño Gráfico en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, donde el peculiar método de enseñanza le permitió utilizar medios análogos que la impulsaron a diseñar y construir manualmente las ediciones. Esta experiencia física en la producción de obra, la marcaría profundamente incentivándola a buscar nuevos conocimientos y perspectivas en la comprensión del libro como un objeto completo, en el que cada una de sus partes constituyeran agentes activos del contenido que porta la publicación.
Esta curiosidad la llevó a estudiar el proceso de creación del libro desde la edición hasta el diseño, porque le parecía que este último “estaba al final del proceso de un libro” y le “interesaba tener más herramientas para (…) pensar el libro como un todo”. Fue en Barcelona que a través de la encuadernación logró entender su estructura y se involucró en la escena del libro de artista.
Su primera obra Cardúmen, nació de una invitación realizada por la artista y encuadernadora Georgina Aspa, en la que Javiera presenta una colección de libros como si fuera un grupo de peces y compara estas figuras con la de las letras, diseccionando sus partes y vinculándolas. Los libros incluyen grabados al aguafuerte originales e intervenidos con pop-ups, cubiertas de alga nori y cuelgan desde anzuelos.
Con Cardúmen “descubrí que todas mis obsesiones se reunían en el libro como objeto de arte y que era un disciplina viva y activa, con artistas y encuadernadores dedicados a ello, ferias, exposiciones y colecciones públicas y privadas.”
En su obra desarrollada posteriormente, destacan las series Del viaje, el vuelo, Límite por precisar y Mapa de bolsillo de una ballena. En común, estas tres series muestran la existencia de etapas de trabajo a través de versiones que marcan momentos de producción creativa: un primer momento que corresponde a la obra única que en su totalidad se encuentra realizada artesanales y, luego, nuevas versiones que recogen el concepto inicial pero que añaden un tiraje mayor e incorporan soluciones técnicas de carácter serial. Lo interesante de este método de trabajo radica en que la obra primera no es conclusa, sino que permite abrir nuevas exploraciones estéticas, materiales y constructivas que multiplican las posibilidades de lectura y, en algunos casos, llevar los conceptos trabajados al extremo de sus posibilidades simbólicas y formales.